El escritor, Santiago Posteguillo inauguró ayer el curso Andalucía, hechos y figuras en la Historia y la novela histórica, en la segunda jornada de los Cursos de Verano de la UNIA en La Rábida. La formación está dirigida por José Calvo Poyato y se extenderá al próximo viernes. Isabel San Sebastián y Javier Sierra serán algunos de los participantes que disertarán sobre esa temática.

En la sesión de ayer, Posteguillo hizo una aproximación a la figura del primer hispano que gobernó el mundo, Trajano. Una figura que le costó hasta siete años de su vida: “decidí pasarme siete años de mi vida explicando quién fue Trajano, porque era honesto y ejemplar, de quien tendríamos muchísimo que aprender en el siglo XXI”.

Algo muy importante para un novelista, explicó el autor, “no es sólo por qué escribo desde ese personaje sino cómo decido contar la historia de ese personaje que es la parte literaria”, destacó el novelista.

Según Posteguillo, “Trajano era tan importante porque habiendo acumulado tanto poder no lo utilizó en beneficio propio sino en el beneficio y en el bien común. Luchó contra la corrupción, hizo política social y era ejemplar en su comportamiento, si había una batalla una batalla y, si se rompía la primera línea de lucha romana, él con su caballería iba a primera línea. Nunca pidió un sacrificio que no estuviera dispuesto a hacer”.

Posteguillo contó también que decidió contar historias, narrar relatos, porque siempre le ha apasionado contar aquello que pasó a la historia en sí misma: “en la novela histórica puedes entretener a la gente y entregar una sensación muy especial al lector cuando salen de tu novela: que se lo hayan pasado muy bien y que hayan aprendido historia”.

El escritor de novela histórica avanzó que su primer proyecto televisivo, la serie El corazón del imperio, que se emitirá a finales de este año en Movistar, “recuperará personajes femeninos de la Antigua Roma que han sido injustamente olvidados”, algo que ya hizo en sus anteriores trabajos literarios con la figura de Julia Domma.

La única mujer senadora de Roma o la única que comandó legiones así como reconocidas personalidades de la historia clásica como Cleopatra, serán algunas de las protagonistas de los seis episodios que componen la serie. Un trabajo con el que el novelista también pretende “corregir la imagen distorsionada que no corresponde con la realidad que nos han contado” de estos personajes femeninos, informa Europa Press.

El ponente, que es Premio Planeta 2018 por su novela Yo, Julia, manifestó su interés por escribir relatos que “sean accesibles para todo tipo de públicos”. Para ello, el entretenimiento es una herramienta “fundamental” en su proceso de creación literaria, pues le permite dinamizar sus libros para llegar así a un público “más extenso y diverso”, según ha manifestado el autor.

Para conseguirlo, Posteguillo explicó que trata de combinar momentos de estricta documentación y descripción histórica, con otros de mayor entretenimiento. También, aseguró que lo hace a través del cruce de historias. “Cuando una puede entrar en un momento anticlimático, entonces corto y meto otra historia que está en un momento más potente”, indicó.

Posteguillo también resaltó la importancia de contar las historias desde puntos de vista diferentes. Por ejemplo, en la escena de una batalla bélica, el escritor trata de simular “como si hubiera varias cámaras rodando” y, de esa forma, “consigo un dinamismo en la acción que hace que el lector sienta que está casi en medio de una película”.

Con todo ello, el escritor consigue una lectura “multinivel”, es decir, dirigida tanto a especialistas de la Antigua Roma o del latín, que “aprecien las citas o descripciones artísticas que se corresponden fehacientemente con lo que se sabe de aquel tiempo”, tanto como a “lectores adolescentes que aún no son expertos de la materia”.

Sus libros también han sido leídos por el público joven. “Creo que el récord es un chaval de diez años, lo que me llamó mucho la atención”, ha añadido. Sobre la novela histórica como herramienta de divulgación, a pesar de que “a veces la historia puede parecer aburrida, densa o distante”, el novelista aseguró “estar convencido de que es un magnífico instrumento” de aprendizaje.