Huelva de ayer a hoy

La de San Pedro, una plaza tocada por el encanto y la belleza

  • De sabor juanramoniano. Aun siendo la matriz de la ciudad contemporánea dejó la oficialidad para convertirse en algo entrañable a la vez que en un icono

La plaza diseñada por Ricardo Anadón en una imagen recien terminada las obras.

La plaza diseñada por Ricardo Anadón en una imagen recien terminada las obras. / Ediciones Arriba · Archivo Sugrañes

La plaza en una perspectiva actual desde la iglesia de San Pedro. La plaza en una perspectiva actual desde la iglesia de San Pedro.

La plaza en una perspectiva actual desde la iglesia de San Pedro. / Rafa del Barrio

La Plaza de San Pedro es una plaza con encanto, tiene su duende. Pocas cosas en Huelva supieron guardar en el baúl de los sueños una belleza que no se dejó ni transformar ni engañar por el tiempo.

La plaza tiene encanto porque late en ella la vida desde hace mucho. De quienes la ven cuando descorren los visillos al amanecer del nuevo día, de quien la cruza buscando en las primeras horas de la mañana el trabajo o camino del instituto; aquellos que en el entorno viven escuchando el tañer diario de las campanadas del reloj de la elegante torre de su iglesia. De los que un día dejaron el barrio y acuden a la procesión del Patrón San Sebastián buscando sus raíces, o a la llamada de cornetas y tambores cuando se descorre el pestillo de la Puerta del Mar para que salga Jesús Triunfante.

La plaza tiene arte y elegancia. Su historia es la de esta ciudad, que aquí recibió a todas las culturas, la romana en la muralla en la plaza, o la del otro muro en el cabezo del castillo, el tartesico.

La vida de la ciudad corría por ella, el cabildo secular y el eclesiástico tenían aquí sus sedes, también estaban los graneros del cabildo.

Tantos tiempos y tantas cosas rezuman frescor como el agua de los cabezos que llegaba hasta la fuente en la esquina de la calle a la que da nombre.

Proyecto de urbanización de noviembre de 1955. Proyecto de urbanización de noviembre de 1955.

Proyecto de urbanización de noviembre de 1955. / Archivo Municipal de Huelva

Custodiada la plaza en su hilera de palmeras y enmarcada por sencillos arriates con rosales, un día despertó en su belleza. En noviembre de 1955 el arquitecto Ricardo Anadón firma el proyecto de urbanización. Se olvidará el suelo terrizo, la iglesia siempre elegante se vestía también en ese tiempo de la solemnidad que emanaba de la oficialidad de la nueva diócesis, de la que toma posesión Pedro Cantero Cuadrado el 15 de marzo de 1954. Estoy convencido de que ese es un buen detonante para hermosear la plaza, en el tiempo del alcalde Antonio Segovia que tantas buenas cosas impulsó en Huelva.

Reportaje de Diego Díaz Hierro sobre la Plaza de San Pedro, donde se incluye el proyecto de urbanización. Reportaje de Diego Díaz Hierro sobre la Plaza de San Pedro, donde se incluye el proyecto de urbanización.

Reportaje de Diego Díaz Hierro sobre la Plaza de San Pedro, donde se incluye el proyecto de urbanización. / Diario Odiel

A primeros de abril de 1956 la persona que más sabía de calles y plazas de la ciudad, Diego Díaz Hierro, relata al escribir de la de San Pedro que estaba en obras, “cubriéndola de cariñosos adornos, como si quisieran tapar las cicatrices que noblemente conquistara en la lucha con Cronos”, y aseguraba que “todos naturalmente, lo vemos con gusto”, “quedará joven, hermosa, como nueva. Y más que como nueva parecerá otra”.

La plaza que se trazó consiguió calar en los onubenses, marcaba un nuevo horizonte de prosperidad, teniendo su sabor andaluz consiguió su propia singularidad, que la hace única.

Es nuestra plaza de San Pedro y nos gusta como es.

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