Huelva

"La Sagrada Cena me atrajo por el hambre que se pasaba en los cuarenta"Una Semana Santa cada vez más conocida fuera de Huelva

  • Vivió como adolescente el despertar de las cofradías tras la guerra civil y participó activamente en los años setenta en la incorporación de los jóvenes a las hermandadesMiembro de la Cena donde ha sido hermano mayor durante tres décadas, ha recibido la medalla del Consejo de Hermandades y nombrado hermano de honor de su cofradía y de la del Rosario de RiotintoHa promovido los encuentros con las cofradías del Rosario y la Sagrada Cena de toda España

José Vargas Tallón nació en la calle Rascón en 1934 y se bautizó en la parroquia de la Concepción, de ahí al poco tiempo se traslada con su madre y su hermano Alfonso a la calle Miguel Redondo, se había quedado huérfano a los dos años.

Una calle muy cofrade, donde dice que en ella empezó todo. Estudió en el Ferroviario del que pasó al colegio de San Francisco, con el profesor José Pulgarín, era cuando había que ir a misa a diario, sin olvidar los domingos y el sacristán lo hizo monaguillo. Así pasa su niñez en Miguel Redondo, una calle de la Hermandad de la Esperanza, la cofradía de San Francisco. Sin embargo aunque lo apuntan en esta cofradía, que era la de su madre y a quien la hermandad ya le había mostrado su gratitud por tantos trabajos realizados, al final la suya será la Hermandad Sacramental de la Sagrada Cena y es que Lorenzo González, el hijo de Baltasar que tenía la tienda en la esquina de Miguel Redondo, era uno de los fundadores de la Hermandad de la Sagrada Cena y metió a muchos chavales de la calle, entre ellos a José Vargas, que al final es el único que persiste de todos ellos, porque lo apuntan en 1948 y decían que la cofradía saldría en 1949, pero al final no fue hasta 1951. "Yo me mantuve, la Sagrada Cena me llamó siempre la atención, quizás por el hambre que se pasaba entonces". En el Cristo del Amor ha tenido siempre un referente de solidaridad con sus manos extendidas ofreciendo el pan.

Lorenzo González era funcionario del Ayuntamiento, lo mismo que Antonio Báez García, el primer hermano mayor, que estuvo en el cargo 30 años, la relación de este último con José Vargas fue siempre muy intensa, tanto que fue el padrino de su boda y del bautizo de su primer hijo, Alfonso.

José Vargas había llegado a la hermandad con doce años, la misma edad con la que tuvo que empezar a trabajar. Con el tiempo y su constancia, llegó a ser director de Talleres Lima, donde comenzó para hacer recados, y hermano mayor de la Sagrada Cena. Antonio Báez quería buscar a un sustituto y a José Vargas le habían reconocido en 1974 su trabajo, de lo que dio constancia de ello un pergamino ilustrado por Juan Castro. Dice que no quería ser hermano mayor, y este acto era para animarlo al cometido. Antonio Báez convocó una asamblea y le propusieron para el cargo, Vargas no quería y el párroco Antonio Lagares se enfadó bastante, al final le convencieron entre todos. Pero puso sus condiciones que no eran otras que su trabajo, que daría un giro a la hermandad para que hubiese participación de gente. Había que buscar una casa de hermandad para tener actividad diaria y olvidarse de aquella época en la que 15 días antes del Domingo de Ramos se llamaba a Lobato o al Papi para que llevaran el paso a la iglesia. Recuerda aquellas épocas de montajes, "cuando el párroco don Pablo Rodríguez se metía en el confesionario con la Biblia y le daban hasta las cinco de la mañana cuando nos apagaba la luz porque a las ocho había misa; cuando vivía en la Huerta Mena recuerdo aquellas campanas de las siete y media y las ocho".

José Vargas creía que en los setenta a las hermandades había que darle otro sentido más de participación, de ser entidades activas y en eso su hermandad con su gestión serán protagonista de este aperturismo con su nueva casa de hermandad, algo antes impensable de tener, mientras que hoy todas las hermandades tienen la suya. Así que insistió y encontró un local para casa de hermandad, de esto como en otras cosas serían impulsores.

Dice que hoy las cofradías han cambiado mucho, él vivió aunque más joven aquel resurgir de las hermandades tras la guerra civil, lo mismo que en el periodo de los setenta con el aperturismo a la gente más joven. Junto a las casa de hermandad y al salón de exposiciones con el Museo del Santo Rosario, "nos quitamos la lastra de los capataces antiguos, con mucho trabajo con viajes a Sevilla con Juan Borrero y Quicote, gracias a ese esfuerzo hoy tenemos dos cuadrillas en cada paso que manda Jacinto Hitos". Hay iniciativas en las que van a ser los emprendedores, como el coro con Carlos Velasco que fue su primer director y la banda de cornetas, hoy agrupación musical del máximo prestigio en toda Andalucía. Pero sin olvidar tampoco lo espiritual, como esencia de la cofradía está la rehabilitación que promueven obteniendo el carácter de sacramental, tiempos también de solemnidades espirituales con Luis Pardo, apuesta sacramental que también llevó a potenciar y recuperar la fiesta del Corpus Christi en Huelva.

Son esfuerzos canalizados a través de los grupos jóvenes, como ha entendido que hay que hacer valer a nuestras hermandades como entidades vivas.

José Vargas, que había participado en primera línea en el resurgir de las cofradías, como uno de los pilares de ese cambio de la Semana Santa, va a ser requerido en un momento determinante a ocupar la presidencia de la Unión de Hermandades. Allí comienza una labor importante como es la renovación de los palcos, era cuando había muy pocos y los tubos se llevaban dos meses en la Gran Vía, los montaba el Ayuntamiento. Así que propuso nuevas estructuras y llevar la gestión la Unión, la idea prosperó, pero eso sí para rizar el rizo había que hacerlo sin detraer nada a los ingresos del órgano cofrade. Los nuevos palcos se van a convertir en el camino para el alivio económico de las cofradías, así después con el esfuerzo de otras juntas se han alcanzado a más de mil.

Pero en la Unión de Cofradías había que dar un nuevo paso, era necesario darle a esta entidad una sede que la dignificara para dejar de peregrinar en sus reuniones o de aquel salón del Obispado de sesiones eternas. De nuevo José Vargas tomará la iniciativa y va a poner en marcha la creación de una sede de la Unión de Cofradías, otra vez el reto será el mismo, hacerlo posible con ayudas externas y ahí está la sede en la calle de las Hermandades. Una realidad que se consiguió con la ayuda del alcalde socialista José Antonio Marín Rite, con Juan Ceada y Juan Vázquez. José Vargas asegura que con los socialistas en el gobierno municipal no hubo problema en estos proyectos. "Hoy hay que decir que ayudaban también a las cofradías; las hermandades no deben mirarse en un partido, hay que ser independientes, no vinculándose a nada en la política, nosotros somos Iglesia y la Iglesia es otra cosa".

Importantes instituciones están estrechamente unidas a la Hermandad de la Sagrada Cena, la gestión la había emprendido José Vargas, con la Casa Real, obteniendo el título de Real y la Reina es camarista de honor; también consiguió que el Ejercito fuera nombrado hermano mayor honorario, lo mismo que el Cuerpo Nacional de Policía.

Estuvo al frente de la hermandad durante tres décadas y ha tenido iniciativas tan valientes como bordar en Valencia el paso del palio de la Virgen del Rosario siguiendo dibujo de Juan Borerro. Hoy dice por su experiencia de juventud en la hermandad que la clave del futuro de la Semana Santa está en la participación de los jóvenes, "los mayores van pasando, como a mi me ocurre ahora, pero hay que tener cuidado, no sólo se puede contar con los jóvenes para meterlos bajo los pasos".

La actividad cofrade de José Vargas no ha estado sólo circunscrita a su Hermandad de la Sagrada Cena, es hermano de la Esperanza donde tiene más antigüedad incluso que en esta. Igualmente formó parte de la Cofradía del Calvario desde los inicios, como de la Misericordia y es hermano de Los Judíos, Soledad y Tres Caídas, lo mismo que de la Hermandad de la Cinta, donde formó parte de su junta de gobierno.

Su afán por abrir el proyecto de su cofradía a otras hermandades y localidades le hizo promover la vinculación con advocaciones del Rosario y de la Sagrada Cena. De estos encuentros han quedado relaciones tan estrechas como con la Hermandad del Cautivo, Buena Muerte y Nuestra Señora del Rosario de Ayamonte, así como de las hermandades del Rosario de Riotinto y Mairena del Aljarafe, con las que tienen lazos de confraternidad. Lo mismo que con las hermandades de la Sagrada Cena, con las que ha participado en encuentro nacionales, organizado incluso en Huelva, de ello quedan vínculos tan importantes con hermandades de Valladolid, Sevilla u Orihuela, en donde incluso forma parte de la centuria romana, desfilando incluso con ellos en esta localidad.

Uno de los cometidos a los que ha dedicado gran atención ha sido la ayuda a los necesitados, como una de las responsabilidades que deben atender las cofradías en el siglo XXI. Proyectos relevantes como la atención directa a los necesitados o la distribución de excedentes alimenticios, pero también iniciativas tan importantes como la de contar con una ambulancia, que tuvieron hasta que fue solicitada por el Ayuntamiento para que estuviera al servicio de la ciudad a raíz de unas inundaciones. Sin olvidar el permanente contacto con el asilo.

Solidaridad que ha estado buscando siempre la sonrisa de los más pequeños a través de la Cabalgata de Reyes Mago que celebraba antes la hermandad cada día 6 de enero. Todo con dosis de esfuerzo y sacrificio.

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