El trío formado por el repentista Alexis Díaz-Pimienta, la voz de Mar Venzal y David Lenker al maravilloso jazz de su piano, dejaron dos horas de puro espectáculo poético y musical en lo que fue una auténtica Fiesta de Disfraces.

Alexis Díaz-Pimienta volvía a La Rábida con la interpretación musical de su poemario de verso libre que da título a la obra. Una selección de sonetos, de los 14 que componen la obra total, a los que el músico Rubén Aguiar puso música. Así, estos sonetos convertidos en canciones llevaban 15 años esperando que alguien las cantara y anoche en La Rábida, por fin, sonaron para el público.

El repentismo cantado fue el timón del espectáculo acompañado de los ritmos cubanos. “Mi mundo es el mundo de la música guajira” reconoció Díaz-Pimienta, que llevó al público a “ponerle pimienta” a la noche con la mezcla de la guajira y el jazz de David Lenker. A la fiesta se sumó la inconfundible voz de Mar Venzal que versionó clásicos como Ain’t Got No Money o That’s life, entre otros.

El público también tuvo su participación en el show cuando Díaz-Pimienta pidió su colaboración cantando un estribillo de sus canciones, o con la más pintoresca de las variantes del repentismo, es decir, de la improvisación poética, repentismo a pie forzado, y aportando palabras para “la ensalada de pimienta” en la que el poeta volvió a demostrar el ingenio y la agilidad mental para sorprenderte con cualquiera de sus décimas o sonetos.

Segunda semana del ciclo Cultura Abierta

Iberjazz llegará el martes 20 de julio con José Luis Gutiérrez group. Un proyecto liderado por el saxofonista José Luis Gutiérrez que, como es habitual en las propuestas de este artista, reúne acentuados elementos de originalidad. El pianista cubano Chucho Valdés ya elogió Iberjazz cuando después de un concierto lo calificara de original y buenísimo, dos condiciones que cuesta encontrar reunidas en una sola propuesta.

El circo también tendrá su hueco en este ciclo estival con la actuación de Chicharrón circo flamenco y su obra Sin Ojana, el 21 de julio. Durante 55 minutos, Chicharrón, último eslabón de una dinastía flamenca, trae el carromato donde guarda la peña flamenca familiar, en la que fusionará los ritmos y compases del flamenco con los malabares.