Huelva

Quince internos de la cárcel inician su especial camino rociero

  • 11 hombres y 4 mujeres realizan a pie los 60 kilómetros que distan de la aldea almonteña

Peregrinación de presos a El Rocío, a su paso por Moguer

Todos los caminos llevan a El Rocío. También el que realizan anualmente los internos de la cárcel de Huelva. Unos 60 kilómetros de distancia que permiten a unos pocos afortunados, por espacio de unas horas, transitar en libertad hacia la aldea almonteña. Un evento, sin duda, muy esperado para quienes han participado en esta singular peregrinación rociera que se lleva a cabo de forma ininterrumpida desde hace 19 años. El objetivo no es otro que servir para contribuir a la reinserción social de los internos.

Ayer comenzó una nueva edición de este peregrinaje, esta vez con la participación de 15 internos (11 hombres y 4 mujeres), acompañados por 15 funcionarios y 15 colaboradores. Desde el centro penitenciario onubense, guiados por un Simpecado y a los sones de sevillanas, la comitiva partió a primeras horas de la mañana rumbo a la vecina localidad de San Juan del Puerto, primera parada de este camino, a donde llegaron poco antes de las 09:00. Tras desayunar en un bar, los internos prosiguieron su caminar hacia la parroquia de San Juan Bautista, sede canónica de la Hermandad del Rocío local, donde realizaron una ofrenda de alimentos que irán destinados a personas necesitadas. Allí fueron recibidos por los miembros de la filial rociera y su hermana mayor, Loli Cartes, así como por el párroco, Victoriano Solís, y la alcaldesa de la población, Rocío Cárdenas, entre otras autoridades. Los vecinos tampoco quisieron perderse el paso de los internos por la localidad.

El siguiente destino, a poco más de 5 kilómetros, fue Moguer, donde también fueron recibidos por la centenaria Hermandad del Rocío y por el concejal de Asociaciones, José Jiménez. Nuevamente, los internos de Huelva demostraron el carácter solidario de su camino rociero, con la entrega de alimentos no perecederos. Tras este cálido recibimiento, los internos recorrieron las calles de la ciudad y aprovecharon para retomar fuerzas en un establecimiento gastronómico.

Posteriormente alcanzaron la ermita de Montemayor, donde visitaron a la patrona de la localidad, para partir nuevamente hacia El Milanillo, donde tuvieron un momento de descanso.

Abandonado el término municipal de Moguer y después de cruzar el de Lucena del Puerto, la comitiva llegó al paraje de Villarejo, en Almonte, donde los presos pernoctaron en la casa de la Hermandad del Rocío de Palos de la Frontera.

Pablo Sánchez, uno de los organizadores de la peregrinación, comentó que en la primera jornada de camino "todo ha ido con mucha normalidad".

Finalmente, hoy por la mañana, tras el desayuno y después de realizar los últimos kilómetros por el Parque Nacional de Doñana, con un largo camino a sus espaldas, los internos llegarán a su destino y podrán encontrarse en la ermita con la Virgen del Rocío.

Tras una jornada de convivencia, la peregrinación de los internos terminará por la tarde, con una eucaristía de despedida en la ermita del Rocío, en la que el acompañamiento musical corresponderá al coro de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte.

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