Huelva de ayer a hoy

El Puerto y el Banco de las Naciones Americanas

  • La avenida de La Rábida conduce a la Punta del Sebo, un entorno colombino con el Monumento a Colón, y de ahí al cenobio franciscano 

El Puerto y el Banco de las Naciones Americanas. Papelería Inglesia · Archivo Sugrañes

El Puerto y el Banco de las Naciones Americanas. Papelería Inglesia · Archivo Sugrañes

Recreación virtual del proyecto de recuperar el Banco de las Naciones Americanas. Recreación virtual del proyecto de recuperar el Banco de las Naciones Americanas.

Recreación virtual del proyecto de recuperar el Banco de las Naciones Americanas. / HUELVA INFORMACIÓN

El Puerto de Huelva continúa remozando el paseo que llega hasta la Punta del Sebo. Aunque nunca buscaba ese punto solo como final, sino que era una avenida que quería unirse con el cenobio colombino. Es la avenida de La Rábida, porque lugar histórico no merecía menor homenaje.

A principios del siglo XX se acomete un gran proyecto de esparcimiento de la ciudad, realizado en varios años. Si hoy sorprende el nuevo paseo marítimo figúrense lo que supondría el que se realizó para conectar la ciudad con la Punta del Sebo en aquella época. No solo unas hileras de eucaliptos con hermosa sombra, sino que a lo largo del paseo, en la orilla del Odiel, se iban levantando los balnearios.

Uno de los hitos del paseo fue el Banco de las Naciones Americanas. Un banco semicircular en el que se disponían los escudos de los países americanos, y en el centro tenía una pequeña fuente con un grifo superado por el escudo de la Junta de Obras del Puerto. Sin duda, una acertada idea para una avenida que conducía hasta La Rábida. Un espacio de estancia cerca del muelle de la Río Tinto, con agradable mirada a la Ría. Sin duda, un lugar ideal para el esparcimiento de los onubenses.

El Puerto de Huelva tenía su mirada en la Punta del Sebo y de ahí con un refrescante paseo por las aguas de la Ría llegar hasta La Rábida. Así que nada más que pudo puso en marcha, en 1925, el tren que tendría ese único fin y luego el transbordador (1929).

El tren y la carretera facilitan el acceso a la Punta del Sebo y es clave para que desde el Puerto sus ingenieros aconsejaran a Gertrude Vanderbilt Whitney este lugar para el Monumento a Colón, que es el elemento que hoy da unidad y sentido histórico colombino a esta avenida, más allá de lo industrial que ahora se va haciendo más compatible con el entorno.

Gracias al empeño de la escultora frente al Gobierno de Madrid ahí se levantó y ahora la Autoridad Portuaria, en su sensibilidad histórica colombina, realizó la tan necesaria restauración y actuará en el entorno para convertirlo en gran zona peatonal, rehabilitando ese espacio egipciano que le imprimió la neoyorquina.

El Banco de las Naciones Americanas (así es como se lee en la postal de la época) es lo que ahora se recupera, quizás guste más lo de banco que fuente, por aquello de que hay más banco -con los escudos- y solo un grifo de agua para beber, no una fuente artística.

El subconsciente lleva quizás a la Fuente Magna, el alcalde Antonio Segovia nos declaró en una entrevista que la idea al desmontarla era buscarle otra ubicación, lo que no se produjo, quizás sea este el momento. Dejamos la idea.

Triste final

El Banco de las Naciones impactó desde el primer momento en la ciudad, aunque nada más inaugurado sufrió un acto vandálico, del que el propio director de la Junta de Obras, Francisco Montenegro, denuncia y se lamenta en las página del periódico ‘La Provincia’: “La artística fuente de marólica que hace pocos días colocamos en el banco de la Avenida de la Rábida, ha sido ya rota a pedradas por un joven salvaje”.

El proyecto

La recuperación del Banco de las Naciones es un hecho, así lo anuncia la presidenta de la APH, Pilar Miranda, para ubicarlo al final del paseo marítimo, al inicio de la senda peatonal. Una idea documentada por Diego Lopa y Francisco José Martínez y que materializan los arquitectos Antonio López y José Suárez. El amplio banco sigue el estilo regionalista. Se recupera así un elemento clave en la avenida, perdido en los años sesenta del siglo pasado.

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