Huelva

Profeta en su tierra El regreso del hijo pródigo o el caso de Arazola

  • El coordinador de IU en Andalucía, Diego Valderas, tendrá que volver a presentarse a las elecciones autonómicas por Huelva si la Asamblea de Matalascañas respeta la negativa de las bases de Sevilla Tras su paso silencioso por el PSOE, ha sido designado por IU para ir al Senado

La secuencia vuelve a reproducirse en las filas de Izquierda Unida, de nuevo ante la convocatoria de elecciones autonómicas . El coordinador general de la federación en Andalucía, Diego Valderas, el primer candidato a la Presidencia de la Junta que ha dado la provincia de Huelva (fue en la cita de 2004 cuando se estrenó como aspirante a presidente de la comunicad) quiere asegurarse escaño aún como candidato-forastero por Sevilla.

Al igual que ocurrió hace cuatro años, la militancia más díscola de IU en el conjunto de Andalucía, la sevillana, ha hablado en los mismos términos que lo hizo en 2004: sólo un 26,33 por ciento de las bases quiere que Valderas encabece las listas al Parlamento andaluz por esta provincia, frente al 76,06 por ciento que ha propuesto al líder del Colectivo de Unidad de los Trabajadores -Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI), Juan Manuel Sánchez Gordillo.

La diferencia fundamental, respecto a la anterior convocatoria electoral es que la entonces líder de la corriente crítica, Concha Caballero, que obtuvo incluso mayor respaldo de las bases que el que ahora ha tenido Sánchez Gordillo, decidió retirarse de la pugna por la candidatura (habló entonces de presiones en el proceso de consultas a la militancia y de falta de democracia interna) y dejó el camino expedito a Valderas .

Ante la rotunda negativa de los militantes de Sevilla, Valderas se presentó por su provincia natal, Huelva (como lo ha hecho desde que accedió por primera vez al Parlamento andaluz hasta el momento) pero los cálculos que había hecho para garantizarse un puesto no iban mal encaminados y el coordinador de IU en Andalucía se quedó sin escaño como profeta en y desde su tierra.

Las bases de la federación en Sevilla han vuelto a hablar claro cuatro años después (aunque se han anunciado impugnaciones al proceso asambleario) pero la soberana decisión de los militantes (según la definición de la propia federación de izquierdas) parece estar en el aire hasta que se celebre la Asamblea Andaluza, que se reunirá en Matalascañas los próximos 14 y 15 de diciembre.

Valderas se hace el sordo ante el rechazo sevillano y ha emplazado a propios y ajenos a la asamblea de Matalascañas, donde -ha repetido- se decidirá el nombre del candidato de IU a la Presidencia de la Junta y la provincia por la que se presentará a los comicios.

Mientras las asambleas provinciales van tomando posiciones, si se toma como hipótesis cierta que Matalascañas designe a Valderas como cabeza de cartel y le dé la llave de la provincia de Sevilla, la decisión no sólo sería una bofetada con la mano abierta a los díscolos hispalenses sino que además supondría deslegitimar, desde dentro, el proceso de participación de la militancia en las decisiones. Esto, sin contar con los efectos que la brecha abierta en Izquierda Unida pueden tener con una campaña electoral a la vuelta de la esquina.

Pero Valderas es consciente de las consecuencias de una guerra de militantes (el discurso de las últimas semanas se dirige por el sendero de la unidad en la toma de decisiones) y en su tierra, donde ha obtenido un apoyo "masivo" de las bases, ha dejado ya una puerta abierta como alternativa.

El pasado 1 de diciembre, la asamblea provincial de Huelva elegía al ex diputado provincial, Francisco Javier Camacho, como cabeza de cartel onubense a las elecciones andaluzas pero a pesar de haberse aprobado, desde la dirección del partido en Huelva, ya se ha dicho que el orden de la lista es flexible.

En el segundo de los supuestos, que en Matalascañas se designe a Valderas como aspirante de IU a presidente de la Junta pero no por Sevilla (por respeto a la decisión de las bases), habría que hacerle el hueco en Huelva y Camacho, desplazado en la lista, quedaría convertido en un candidato-comodín al que se mueve de puesto en función de intereses, situación que no se ha dado hasta ahora. Matalascañas sacará de dudas.

En la amplia lista de casos de cambios de chaqueta que se han ha dado (y siguen dándose) en la escena política, el de Juan Manuel Arazola ha pasado como de puntillas, prácticamente desapercibido. En las hemerotecas, hay imágenes de Arazola en blanco y negro, siempre bajo las siglas de Izquierda Unida. Y las hay en la larga mesa del salón de plenos del Ayuntamiento sentado codo a codo con el ex portavoz municipal de IU, Manuel Rodríguez.

Pero hay una laguna, un paréntesis en el tiempo en el que al actual coordinador local de la federación en Huelva fue difícil de capturar. Pocos meses antes de las elecciones municipales de 1999, Arazola cogió la puerta de Izquierda Unida y pareció desaparecer del mapa. Pero no desapareció. Poco después de aquella marcha, supuestamente por discrepancias con la dirección de Izquierda Unida, aparecía en el equipo de campaña del que había sido su contrincante político, el ex portavoz del Partido Socialista en el Ayuntamiento de Huelva, José Juan Díaz Trillo.

En aquella cita electoral, Arazola participó activamente en la elaboración del programa del PSOE, llegó a aparecer junto al candidato en la presentación de uno de los apartados del mismo y estuvo codo a codo con Díaz Trillo.

Del mismo modo que apareció en la escena socialista, desapareció algunos años después y de forma silenciosa, sin bombos ni platillos, como para pasar sin ser visto, regresó de nuevo a la casa de Izquierda Unida y fue desginado coordinador local.

El hijo pródigo de la federación de izquierdas ha sido elegido ahora para ir en la lista que presentará al senado en marzo.

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