"Este libro trata sobre derechos humanos", explica el periodista Raúl Solís sobre su obra La batalla trans, que presenta este jueves en la Casa Colón de Huelva a las 19:00. Derechos destinados a un colectivo "hipervulnerable" a través de la denominada ley trans, el anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de estas personas. Una norma en proceso que ha levantado la enésima polvareda política, en esta ocasión con PSOE y Unidas Podemos como inéditos antagonistas pese a ser socios de Gobierno.

¿De dónde viene esta reacción? Para Solís, de un grupo dentro del feminismo "minoritario pero con mucho poder y visibilidad y que dirigen administraciones, doctorados y fundaciones desde hace cuarenta años". El autor identifica la lucha feminista como aquella que viene a cambiar los roles de género y sin embargo, "si sólo depende de la genitalidad no tiene razón de ser", por lo que considera que esta reducción "invalida 200 años de teoría feminista".

Ya en 2017, apunta, la socialista Ángeles Álvarez registró una modificación legislativa que incluía la autodeterminación de género. En este sentido conviene indicar que desde diez años antes a ésta, la ley de cambio registral permite esa modificación de identidad previo informe médico por medio de que la persona interesada padece la enfermedad de disforia de género, ya eliminada de la lista de enfermedades mentales de la OMS. 

Por otro lado, Solís señala también la aprobación de hasta 14 leyes integrales relacionadas con la autodeterminación de género, la primera de ellas la andaluza, entonces con el PSOE en el Gobierno de la Junta. La grieta, a juicio del autor, se abre en el momento en el que Unidas Podemos registra dos iniciativas, en 2019 comienza el trámite en el Congreso "e Irene Montero entra en el Ministerio de Igualdad". La raíz de la cuestión, sostiene Solís, "no es la ley trans, sino el control del feminismo".

Actualmente, la norma está pendiente del dictamen del Consejo de Estado, habrá "un probable informe negativo", estima el autor, y también falta el correspondiente del CGPJ antes de los trámites parlamentarios hasta una posible finalización del proceso en junio aproximadamente. 

Esta "crónica para contextualizar lo que ocurre" tiene como objetivo que "cuando pasen cinco años y se viva con normalidad, no se olvide que hubo un sector de poder que usó a las personas trans de pin pon, que utilizó a un colectivo hipervulnerable".