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Pautas para irse a dormir más feliz y con inteligencia emocional

  • ¿Dormir bien para tener salud emocional? ¿O tener salud emocional para dormir bien? Tanto monta, monta tanto…

Pautas para irse a dormir más feliz y con inteligencia emocional

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Me encanta esta pregunta incontestable con la que se dirimen muchas cuestiones. Pues, eso mismo: ¿duerme usted mal porque no gestiona bien sus emociones? ¿O no gestiona bien sus emociones porque duerme mal? Hablando de salud, es imposible separar la mente del cuerpo, sobre todo si nos referimos a la salud emocional, porque las emociones son ese metaprograma que gestiona el buen el funcionamiento de todo. Y el sueño es como la fuente de energía que mantiene los procesos en marcha. ¿Cómo cuida usted de su sueño?

Las emociones son el sistema operativo

Las emociones tienen una enorme influencia en nuestro organismo y en nuestras vidas. Si fuéramos ordenadores, nuestro cerebro sería la CPU o unidad central que contiene todas las funciones indispensables para la vida. Ahí es donde tenemos cargados miles de programas.

Así, igual que tenemos el editor de textos, las hojas de cálculo o el navegador en nuestros ordenadores, tenemos en nuestros cerebros programas que controlan las funciones motoras, la respiración, la digestión o el latido del corazón, y también los programas que gestionan las funciones psicológicas que nos permiten conectar continuamente lo que pasa en el exterior con lo que pasa en nuestro interior.

Dormir bien requiere una serie de técnicas para poder tener la mente sana. Dormir bien requiere una serie de técnicas para poder tener la mente sana.

Dormir bien requiere una serie de técnicas para poder tener la mente sana.

Ahí es donde encontramos el proceso de aprendizaje, la percepción, el razonamiento, la memoria, el lenguaje, la atención, la motivación y las emociones. Son las principales funciones psicológicas. Todas están íntimamente relacionadas entre sí, pero las emociones juegan un papel muy relevante, porque funcionan como el sistema operativo, es decir, son como el Windows o el IOS de Mac, que dan prioridad a unos programas sobre otros, permiten que se puedan ejecutar a la vez o no, y garantizan que todo funcione.

Pues, siguiendo la metáfora, dormir es como la alimentación energética que necesita nuestro particular ordenador. Así que, no dormir lo suficiente o no tener un descanso de calidad, nos desequilibra, y altera el funcionamiento de todos los programas que tenemos instalados.

El problema es no cuidar lo que nos recarga

No dormir lo suficiente o dormir mal tiene efectos muy adversos. Memorizamos peor, razonamos peor, perdemos creatividad y capacidad de atención, y nos cuesta más gestionar de forma adecuada nuestras emociones. También nos induce a ver las cosas de forma más negativa, y nos pone más irascibles, acumulamos más estrés, más cansancio, y nos genera mal humor. A todo eso hay que añadir lo negativo que es para nuestro metabolismo, nuestro corazón y nuestro sistema inmunitario, por ejemplo. ¿De verdad merece la pena?

Hasta aquí, posiblemente todo esto lo sabía, o como mínimo, lo intuía. Lo verdaderamente importante es reflexionar sobre cómo es su sueño, y si realmente hace usted todo lo que puede por tener un descanso de calidad y lo suficientemente reparador como para que todos sus programas vitales funcionen correctamente. Esa es la clave.

¿Cuida usted de la calidad de su sueño?

Si la respuesta a la pregunta es ‘no’, fíjese si ya está eso teniendo consecuencias en su vida. Tenga en cuenta que el problema casi nunca empieza con trastornos graves. Los hábitos de robar horas al sueño se cultivan poco a poco y casi siempre comienzan con buena intención: aprovechar más tiempo para eso que le apasiona, o para estudiar más, trabajar más, ser más eficiente, cuidar más a otras personas… No caiga en la trampa.

Así que, tanto si quiere resolver esos problemillas que se está identificando, como si lo único que quiere es sacar todo su potencial, considere estas sugerencias para irse a la cama como gente emocionalmente inteligente que es. E insisto, posiblemente ya las conoce todas. Lo difícil es ‘aplicarse el cuento’.

Dormir bien es fundamental para aumentar nuestro rendimiento. Dormir bien es fundamental para aumentar nuestro rendimiento.

Dormir bien es fundamental para aumentar nuestro rendimiento.

Uno. Procure no acostarse haciendo la digestión, y mucho menos haciendo una digestión pesada para la que necesitaría quizás darse un largo paseo. No necesita tanta energía para dormir, así que facilítese un sueño reparador yéndose a descansar con una cena ligera y bastante antes de meterse en la cama.

Dos. Deje de impactar su vista con la potencia lumínica de móviles, tabletas y otros dispositivos que nos acompañan todo el día un rato antes de dormir. Apague las pantallas al menos media hora antes, incluido el televisor. Lea en pantallas adaptadas o en papel; escriba unos versos o sus emociones del día; converse con la gente que le rodea; llame por teléfono a quien quiera hacer lo mismo que usted; o dele una vuelta extra a su mascota. ¡Ponga en marcha su creatividad! Relaje su vista y su cerebro, y dele el mensaje de que se va a acostar.

Tres. Métase en la cama y practique la atención consciente. Es tan fácil como dedicar unos minutos a prestar toda su atención a las sensaciones de su cuerpo. Recórralo entero poco a poco ordenándole a todas sus partes que se relajen: pies, tobillos, gemelos, rodillas, glúteos… Ya sabe cómo sigue… Procure no pensar en nada más durante ese ratito, sólo fíjese en sus sensaciones.

Cuatro. Pruebe a practicar una pequeña visualización. Vaya con su imaginación a algún lugar especial para usted, exista o no, y recréese en recordar o en inventar los detalles: colores, texturas, compañías, sonidos, temperatura, emociones… Indúzcase una sensación agradable antes de dormir.

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