Huelva

Paro de cinco minutos en Nerva para visualizar el peligro que amenaza a los vecinos un año después de la riada

  • Reivindican el desvío del barranco de Santa María y no ocultan su decepción con las medidas de ayudas articuladas desde las administraciones

Pancarta mostrada durante el paro de cinco minutos.

Pancarta mostrada durante el paro de cinco minutos. / Hipólito (Huelva)

Nerva ha parado parte de su actividad comercial y administrativa como medida de protesta ante la situación en la que siguen inmersas las familias damnificadas por la gran riada acontecida hace un año. A esta iniciativa reivindicativa se ha sumado el Comité de Empresa de Atalaya Minning, empresa que explota la mina de Riotinto, así como el personal laboral y docente del centro sociosanitario, Aspromin, en El Campillo, y de todos los Ayuntamientos de la Comarca.

Aprovechando la presencia en Nerva de la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, para otro acto, los representantes de la plataforma le han entregado una carta con sus reivindicaciones para que le traslade sus preocupaciones al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Tras una primera consulta a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Ruiz adelantó a los representantes de la plataforma que “el estudio para el desvío del barranco de Santa María estaba a punto de finalizar, y que ya se llevó a cabo la limpieza del cauce”.

Los afectados manifiestan que “un año después de las peores inundaciones que hemos sufrido en Nerva, seguimos viviendo, día a día, atenazados por el pánico que aflora entre la población cada vez que se anuncian unas lluvias un poco más intensas de lo habitual”. Y reivindican el desvío del barranco de Santa María, para no se vuelvan a repetir inundaciones como la acontecida hace un año, a la vez que muestran su más profunda decepción por el fiasco de las ayudas del Estado y la poca efectividad de las herramientas administrativas empleadas para paliar los daños causados.

Además, denuncian que los líderes autonómicos, especialmente los responsables de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, tienen abandonada a su suerte a la población de Nerva y que “nuestra seguridad, si de verdad les importa, debe depender de bastante más que de la virulencia que alcancen las precipitaciones”. Y les piden que “se remanguen, les decimos con las pocas fuerzas que nos quedan, que se ha acabado el tiempo de las palabras y que es el momento de pasar a los hechos. Lo contrario solo puede traducirse, como un enorme desprecio a esta tierra y su gente”.

También han aprovechado la ocasión para denunciar “el excesivo celo con que se manifiesta el Consorcio de Seguros, dejando muy claro desde el primer momento que lo material está muy por encima de lo humano” y poner el dedo en “las múltiples llagas que venimos soportando, sin noticias de la Diputación y de su ampliación de ayudas, y así, podríamos seguir, avanzando por una senda infinita de desagravios que sin embargo podrían despistarnos de lo que nos ocupa”.

Los miembros de la plataforma creen que, “un año después de aquella terrible mañana en la que muchos volvieron a nacer, es más necesario que nunca enfatizar que el peligro sigue acechante que, si bien se han llevado a cabo labores de limpieza, no tenemos la más mínima noticia sobre unas actuaciones que palíen de una vez por todas este peligro”.

Los únicos que se salvan de las críticas vertidas desde la plataforma ciudadana son las personas que colaboraron, de alguna u otra forma, en restituir los perdido con la gran riada: “No quisiéramos dejar pasar este día sin dar las gracias una vez más a aquellos hombres y mujeres anónimos que con su solidaridad, su sacrificio y su altruismo demostraron que, a día de hoy, la conciencia y la bondad humana están muy por encima del compromiso demostrado por las distintas administraciones. Han sido tantos los ejemplos de empatía, cercanía y colaboración desinteresada que no es posible nombrarlos; primero porque seguro que se nos olvidaría alguien y segundo porque ninguno de ellos pretendió con su gesto, alcanzar la más mínima notoriedad o relevancia”.

El 19 de diciembre se cumple un año de la gran inundación sufrida en la localidad minera. En Nerva nadie recuerda una riada tan grande como esa, ni siquiera los más antiguos del lugar. El pueblo se dividió en dos mitades de norte a sur, separadas por metro y medio de agua, desde el barrio del Pozo Bebé hasta el recinto ferial, pasando por la zona comercial del centro. La cantidad de lluvia por metro cuadrado caída durante las 24 horas previas al suceso, sobre todo la madrugada de ese mismo día, ascendió a 94 litros.

Se inundaron más de 80.000 metros cuadrados de superficie, el equivalente a ocho campos de fútbol. Resultaron afectadas decenas de viviendas y establecimientos comerciales, vehículos, numerosos edificios públicos, viales y espacios de ocio al aire libre. Afortunadamente, no hubo que lamentar ninguna víctima. 

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