El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, quiere que este mes se celebre el Debate sobre el estado de la Nación para que Pedro Sánchez desvele los "cromos" cambiados con independentistas y populistas para llegar al Gobierno, y los populares den cuenta del legado de Mariano Rajoy.

Aunque no había fecha fijada, la intención de Rajoy antes de que prosperara la moción de censura de Sánchez era que el debate se celebrase a finales de junio, una vez aprobados los Presupuestos Generales del Estado. No obstante, es costumbre parlamentaria que no se celebre este debate en los comienzos de un nuevo Gobierno.

La sesión de control al Gobierno del miércoles se aplaza al menos una semana

"Yo sigo pretendiendo que haya un Debate sobre el estado de la Nación", dijo Hernando en una rueda de prensa en la que insistió en la necesidad de que los españoles conozcan el legado del PP y "qué es lo que quieren hacer otros".

Según denunció, el nuevo presidente del Gobierno "no ha respetado a los españoles, la democracia y las urnas", sino que se ha beneficiado de acuerdos y pactos "ocultos" que no quiere contar en el Parlamento. Como, a su juicio, se demostró ayer al acordar los socialistas, con el apoyo del resto de grupos, aplazar al menos una semana la primera sesión de control al nuevo Ejecutivo, en contra de lo que pretendía el Partido Popular.

Hernando se quejó de que su grupo no pueda interpelar la próxima semana al presidente del Gobierno al haberse "conjurado" todos los grupos para "taparle". "Los españoles no pueden estar eternamente preocupándose de qué cromos está dispuesto a ceder (Sánchez)", alertó.

El portavoz popular insistió en la necesidad de saber si el jefe del Ejecutivo ha hablado "directa o indirectamente" con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Pablo Iglesias, y por qué el PSOE le ha dejado ahora formalizar esta "alianza" con independentistas y populistas cuando se lo impidieron en dos ocasiones en 2016.

"¿Qué le ha dado a cambio a Bildu?", se preguntó asimismo.

La Junta de Portavoces del Congreso acordó ayer, con la oposición del PP, aplazar al menos una semana la primera sesión de control al nuevo Gobierno que, en principio, podría haberse celebrado ya el próximo miércoles, para dar tiempo al Ejecutivo de Pedro Sánchez a adoptar sus primeras medidas.

De este modo, no habrá sesión de control, pero sí pleno ordinario el próximo martes por la tarde, con el debate y votaciones de proposiciones de ley, no de ley y mociones.

A la salida de la reunión, la nueva portavoz del PSOE, Adriana Lastra, explicó que había cierto consenso entre los grupos de que era "absurdo e ilógico" que los ministros se sometieran al control del Congreso menos de una semana después de tomar posesión, aunque fuera por mera cortesía parlamentaria.