OBITUARIO

En recuerdo de Juan Luis Cortes Loredo

  • Como ingeniero de minas resultó ser uno de esos pesados que puso a la minería de Huelva en las mejores posiciones de salida para arrancar motores

Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva.

Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva. / H. I.

Siempre es doloroso perder a un ser querido, porque comparte el trozo de corazón que te arrancan con su partida y eso nunca termina de cicatrizar. Además, pienso que no debemos dejar que lo haga, porque entonces parece que nos hubiéramos acostumbrado a su ausencia, lo que provocaría el riesgo de relegar al olvido a quienes han ejercido una influencia siempre positiva en tu vida.

Quiso empezar el año arrancándonos inesperadamente de nuestras manos a Paco Domínguez Camacho, gran amigo, ganadero de Lidia, destacado industrial del ibérico y Consejero de Caja Rural del Sur. Ahora la vida nos golpea nuevamente con la pérdida de Juan Luis Cortes Loredo. A ambos les tendremos muy presentes siempre, por sus innegables capacidades e influencias ejercidas en el plano personal y también en el ámbito del desarrollo socioeconómico de Huelva y Andalucía.

Juan Luis siempre tuvo un trozo de su corazón en Asturias, aunque ejercía de olontense de pura cepa, si bien esta actitud era un ejemplo de la altísima capacidad en la que siempre se postuló como persona, es decir, su carácter era tan abierto que no desechaba absolutamente nada que pudiera enriquecerle o él mismo pudiera hacerlo a los demás.

Y bien que lo hizo, en su vida profesional se dedicó a ello por entero. Como ingeniero de minas resultó ser uno de esos pesos pesados que, desde la parte más discreta y colaborativa, puso a la minería de Huelva en las mejores posiciones de salida para arrancar motores y que décadas después, esta actividad haya florecido como lo ha hecho.

Destacado ingeniero, director técnico de explotaciones mineras y autor de numerosos estudios y ensayos sobre la ingeniería profesional, desde el carácter industrial y minero. Así mismo tuvo su dedicación como agricultor, en el seno familiar en Gibraleón; comprometido con el desarrollo de la provincia, tomó el reto de ser parte relevante del equipo rector de la cooperativa Nuestra Señora de Oliva, como secretario del Consejo, también secretario de Asaja-Huelva, cargo que ha desempeñado hasta su último momento. Tuve el honor de entrar a formar parte del Consejo Rector de Caja Rural de Huelva el mismo día que él, allá por mediados del año 1998, pasando al Consejo de Caja Rural del Sur un par de años después, hasta la fecha de hoy.

Su generoso carácter no le distrajo nunca de sus altas dosis de seriedad, rigor y hasta firmeza cuando se requería, actitudes de las que no ahorraba un ápice a la hora de preservar los intereses de quienes él representaba. Por ello, Juan Luis era de esas personas que te encuentras en la vida donde puedes depositar la confianza sin reparo alguno, en quien siempre tenías un ejemplo de lealtad y fidelidad, además de una gran capacidad intelectual que se apreciaba en una conversación normal y que, al escucharle sólo se podía sentir admiración. Pero si algo destacaba en Juan era su sentido del humor, su reconocida risa y carcajada, esa era la primera impronta que se llevaba cualquiera que le conociera por primera vez, inigualable.

Además, Juan Luis fue modelo de agricultor, campero, cazador desde la ética y respeto, aficionado al buen toreo, a la buena mesa y bodega, otra señal de inteligencia, pero sobre todo propietario de muchas parcelas en el corazón de multitud de personas. Desde ahí te seguiremos recordando y teniéndote permanentemente presente, querido Juan. Que la tierra te sea leve y tu descanso, eterno en la Gloria del Señor. DEP.

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