Obituario

En memoria de Manuel Domínguez González

  • Por José Luis García-Palacios, presidente de Asaja-Huelva

Manuel Domínguez González.

Manuel Domínguez González. / M.G. (Huelva)

El maldito virus, el mismo que nos está llenando la vida de incertidumbres y renuncias, se está cobrando las vidas de muchas personas buenas y valiosas, de esas que tanta falta nos hacen por aquí abajo. El pasado 8 de noviembre, sin ir más lejos, se nos llevó la de nuestro querido y admirado Manuel Domínguez González, y volvió a asestar un golpe a Asaja-Huelva y a todos los que lo conocíamos y lo apreciábamos sinceramente. Efectivamente, Manolo Domínguez era socio de Asaja-Huelva y miembro de su Junta Directiva. Hasta ahí llegó con su sano interés por participar en todo lo que pudiera suponer un progreso para el sector al que dedicó su vida, la ganadería, su oficio, su dedicación noche y día en los campos de Paymogo, localidad que, al igual que toda la comarca del Andévalo, va a echar de menos, y mucho, la lucha y la pasión que Manolo invertía en la defensa del campo y de lo rural.

Sus cerdos y sus ovejas, criados con mimo, y también su entorno, porque Manolo Domínguez ha sido un hombre de su tiempo, con visión de futuro, con la mente abierta a la investigación y al desarrollo, hasta tal punto que nunca dudó en ceder su finca para tratar de encontrar una cura a este mal que asola nuestras dehesas, la Seca de la Encina. A sus tierras dio acceso a científicos e investigadores, y prestó sus árboles centenarios para contribuir al bien común. El día que encontremos un remedio para la Seca, habremos de acordarnos, y mucho, de la generosa contribución de Manolo.

Mucho podríamos seguir hablando del carácter participativo y del espíritu asociativo con el que Manolo Domínguez se desenvolvió en su vida, pero al final, lo que predomina en estos momentos en nuestro sentir es el dolor por la pérdida de una persona sencilla y rotundamente buena, desinteresada, amable, educada -¡qué básico esto, y cuánto cuesta encontrarlo!-, una persona que se ha ido demasiado pronto, con tan sólo 61 años, a la que quedaban muchas cosas por hacer y mucho que aportar con su reconfortante presencia a todos aquellos que podemos decir hoy, con dolor pero con orgullo, que disfrutamos de su amistad. Descansa en paz, amigo Manolo. Trataremos de proteger tu legado, de continuar tu trabajo, y te recordaremos siempre como tú te merecías.

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