en el titán

¿Qué Museo es el que queremos?

  • El aumento de espacio disponible en el Banco de España es solo de 365,47 metros cuadrados. La ampliación anexa con un edificio contenedor fue siempre la mejor opción.

TAN solo hace unos días el Museo de Huelva organizó una visita guiada con ocasión de su 43 aniversario. La verdad es que cuatro décadas atrás los niños de Huelva no tenían mucho donde disfrutar de la Cultura. Quienes tuvimos la suerte de encontrar con un buen profesor que nos llevó por vez primera a conocer el Museo fuimos unos privilegiados porque consiguió algo tan especial como sencillo en nosotros y es que lo que se conoce se ama.

Aquel Museo fue creciendo dentro de sus propias paredes, al menos en proyectos y deseos. De siempre se habló de la necesidad de ampliación, pero aquello no fue posible, se definieron dos plantas, las de Arqueología y Bellas Artes, nada del de Etnología. De este tiempo entre peticiones de políticos es muy gráfico recordar las visitas de Carmen Calvo (PSOE) siendo consejera de Cultura cuando reivindicaba al Estado la ampliación del Museo. En 2003 el Gobierno del PP había anunciado un proyecto de ampliación y mejora del Museo que nunca se materializó. Ocurre que al año siguiente cuando Carmen Calvo llegó al Ministerio de Cultura la Junta ya no se plantea solicitar el traspaso de los museos y, por supuesto, también se olvida de la ampliación del de Huelva.

Lo cierto es que no porque nos sigan maltratando en lo cultural hay que cejar en el empeño. Sin embargo lo primero que hay que saber es qué Museo queremos, porque habrá que hacer virtud de los recursos disponibles. Lo que no es de recibo es que en los últimos tiempos el Museo se haya dedicado a todo tipo de exposiciones, reduciendo el espacio expositivo claro y concreto para sus secciones de Bellas Artes y Arqueología. Durante este tiempo ha querido competir con otras sedes culturales de la ciudad como la Casa Colón, reduciendo su espacio a lo que en verdad es su finalidad. Son las distintas corrientes sobre lo que debe ser un Museo, si algo vivo o contenedor de objetos muertos. Es cierto que sus salas dieron la posibilidad a exposiciones temporales que nada tienen que ver con su sentido original gracias a su amplitud; yo mismo tuve la oportunidad de utilizar toda la planta alta para una exposición del patrimonio de la Patrona de Huelva. A las muestras temporales hay que añadir el uso permanente de la Sala Siglo XXI de la Diputación en el Museo.

Hoy que la ciudad tiene otros lugares expositivos (Casa Colón, Sala de la Provincia, Cocheras del Puerto, Fundación Caja Rural del Sur y Fundación Cajasol) no debe empeñarse el Museo en muestras temporales que nada tengan que ver con sus sentido esencial. Si necesita de espacio lo primero que hay que hacer es saber qué quiere y reordenarse.

Nos gustaría, por ejemplo, que se completara en sus jardines la recreación de los muros del puerto de Méndez Núñez, o se levante el menhir que se encuentra tirados a sus puertas o se restaure la pila de agua que se trasladó de la calle Palos, todos proyectos de hace años. No es cuestión de espacio para abordar estas actuaciones, quizás de presupuesto, de olvido permanente hacia nuestro Museo o el interés dirigirlo hacia un lugar u otro.

Decir hoy que la solución es el traslado al edificio del antiguo Banco de España es una propuesta tan respetable como la de otras alternativas posibles. Vayamos a ello.

Cuando la Junta de Andalucía anuncia, el 10 de junio de 2009, que el Banco de España se convertirá en un centro de la cultura iberoamericana se indica que cuenta con 3.365,47 metros cuadrados, distribuidos en cuatro plantas, incluida el sótano. En el folleto editado por la Delegación de Cultura de difusión del Patrimonio BIC, el dedicado al Museo de Huelva se concreta que cuenta con una superficie total de 3.000 metros cuadrados, repartidos en tres plantas y un semisótano. ¿De qué estamos hablando, de un traslado para ganar 365,47 metros cuadrados, que es lo que va a dar de sí el Banco de España?

Sin embargo, la tan reclamada ampliación del Museo sí que puede ofrecer sustanciosas ventajas al espacio del que ya se dispone. Es ampliarlo con un edificio contenedor que se situaría a su espalda con la altura necesaria. Aquí se contaría con la misma estructura administrativa, se amplia y se contaría de entrada con material humano; hoy en tiempos de crisis son argumentos nada despreciables.

¿Y qué hacemos con el depósito de las Bellas Artes? Eso sí que es la sección desconocida, la gran cenicienta. Es un fondo nada despreciable que se debería mejorar en todos los órdenes, pero hasta ahora la política dirigida a realización de exposiciones temporales ha obligado a que gran parte de las colecciones pasaran a la reserva, de esto se lamenta en el folleto editado por la propia Junta.

Vemos que el Museo sí dispone de espacio, aunque no siempre bien aprovechado; ha querido competir con otros centros culturales, a veces por la diferencia de color político entre instituciones.

¿Por qué tenemos tantas piezas en el sótano del Museo?, pues entre otras cosas porque es norma de que aquí estén, cuando hay pueblos que reclaman parte de ese patrimonio para exponerlo en su localidad, donde fueron encontrados.

No hay que olvidar que los fondos arqueológicos están sujetos a la propiedad del Estado, a la que habría que recurrir como se ha hecho para la construcción del Archivo Histórico Provincial. E, igualmente, a la propia Junta para que puedan hacer realidad esa ampliación con la que en verdad se ganaría en amplitud, más allá de la minúscula diferencia con el Banco de España. No hay que engañarse, no ganaríamos nada. Yo también quiero que se amplíe el Museo y se muestre el patrimonio arqueológico que tanto hemos defendido en la calle y en estas páginas del periódico.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios