La lógica se impone cuando se trata de hacer frente a una ola de calor para evitar efectos negativos en la salud. En principio, nada como evitar la exposición a las altas temperaturas resguardándose en casa y dejando las salidas a la calle para las horas de menor incidencia. Y la hidratación, que es clave para mantener el equilibrio corporal y ayuda a prevenir posibles desfallecimientos.

Las autoridades insisten estos días en la necesidad de permanecer en alerta, sobre todo por el alcance que puede tener en las personas más vulnerables, como son ancianos, bebés y enfermos, aunque los consejos debe seguirlos toda la población en días críticos.

Desde la Junta de Andalucía, a través de los servicios de protección civil, recuerdan la conveniencia de refrescarse cada vez que sea necesario y de beber agua aunque no se tenga sed; las bebidas alcohólicas no se aconsejan por favorecer la deshidratación.

Es recomendable evitar esfuerzos físicos, incluida la práctica deportiva, durante las horas de más calor; evitar la calle y vestir con ropa cómoda, fresca y clara, permaneciendo en lugares frescos y debidamente climatizados.

En casa es conveniente cerrar las ventanas y las cortinas de las fachadas expuestas al sol y abrirlas de noche para facilitar las corrientes de aire. Los ventiladores y sistemas de aire acondicionado son fundamentales y en caso de no disponer de ellos, siempre es preferible salir y acudir a un espacio público con refrigeración.

Si es necesario desplazarse por carretera, es casi imprescindible hacerlo en un vehículo con climatización y siempre con agua abundante para no dejar de hidratarse ante cualquier eventualidad. Habrá que evitar, además, quedarse en el interior ni dejar a nadie con las ventanillas cerradas.

El calor obliga también a tener precaución con el manejo y cocinado de los alimentos y en la conservación de los medicamentos. Las dietas ligeras y frescas, además, son siempre la mejor opción.