análisis y retos de la gestión municipal el ayuntamiento de la capital afronta un curso clave

Luces y sombras de 3 años de mandato

  • A un año de las municipales, el Recre, los presupuestos, los fosfoyesos o la deuda del Festival de Cine siguen sobre la mesa

  • Se esperan actuaciones vitales para la ciudad

Pleno del pasado 8 de febrero, en el que se aprobó el pago de la deuda del Recreativo con Hacienda.

Pleno del pasado 8 de febrero, en el que se aprobó el pago de la deuda del Recreativo con Hacienda. / alberto domínguez

El 13 de junio de 2015 Gabriel Cruz tomó posesión como alcalde de Huelva. El socialista fue investido regidor capitalino tras dos décadas de gobierno municipal del PP con Pedro Rodríguez al frente. La nueva etapa que se abrió en el Ayuntamiento tenía entre sus principales aspiraciones la trasparencia, la participación y la consecución de una 'revolución' cultural y una promoción turística que el equipo de gobierno promovió bajo el auspicio de la Capital Española de la Gastronomía, el 525 Aniversario del Encuentro entre los mundos impulsado por la Diputación, e iniciativas de nuevo cuño como el Festival Flamenco Ciudad de Huelva o la apertura durante todo el año del Gran Teatro.

A la vez que se cosechaban los laureles de la vivificación capitalina y, superado en parte el argumento del saneamiento de las maltrechas arcas municipales heredadas, en 2016 los socialistas sacaron adelante sus primeros y hasta ahora únicos presupuestos (los anteriores eran de 2014, de la era periquista) aunque para ello tuvieron que salirse del plan de ajuste que aprobaron los populares durante su gobierno, lo que abrió una brecha con Hacienda aún no resuelta.

Pero esas cuentas dieron autonomía al equipo de gobierno, que pudo impulsar el empleo con una partida específica de dos millones de euros y desarrollar obras como, por ejemplo, la peatonalización de parte de la avenida de Italia.

A modo de resumen, los socialistas dejaron atrás un primer año de guante blanco, un segundo de tranquilidad ante una oposición desintegrada y un tercero de arduo trabajo del que provienen parte de las cuentas pendientes que tendrán que dilucidarse de aquí al próximo junio.

Los presupuestos, el Recreativo, los fosfoyesos o el Festival de Cine -asuntos que, en la cuesta de septiembre del pasado año se consideraban clave- lo siguen siendo ahora. Porque sobre la mesa sigue la resolución de todos ellos, con la diferencia de que, a un año de las municipales, pueden ser un impás que marquen los comicios. Por ello, ante esta encrucijada, tanto el equipo de gobierno como la oposición, afrontan el último ejercicio de un mandato vital para el devenir de la capital.

También queda por delante un año en el que se esperan actuaciones que serán fundamentales para la ciudad y, con las municipales a la vuelta de la esquina, se augura que la picota se anime. Así, el primer complejo del Ensanche (ya en marcha), las ansiadas obras del Centro de Salud de Isla Chica, la rehabilitación del Colegio de Ferroviarios para su uso como sénior cohousing, la iniciada reforma de Hacienda, la rehabilitación del mercado de San Sebastián o la conversión del Banco de España en Museo Arqueológico, se unirán a obras de la Edusi (algunas ejecutadas, en marcha y otras por venir de forma inminente) llamadas a compactar la capital e integrar los barrios. Pendiente siguen, por otra parte, la rehabilitación del Cuartel de Santa Fe o de la antigua cárcel, inmuebles de titularidad municipal cuya reforma eran promesas electorales.

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