El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva juzga mañana y pasado a tres hombres, A.C.G., M.P.V., J.P.P., por contactar supuestamente y convencer a una menor, residente en la provincia de Huelva, para que se prostituyera unos días en un club de alterne de Orense, por lo que le pagaban 5.000 euros.

Según reza en el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Fiscal pide para A.C.G., 18 años de prisión por un delito de trata de seres humanos y de favorecimiento a la prostitución de menor de edad y de agresión sexual, al supuestamente abusar de la menor, y diez a los otros dos por los dos primeros delitos. El fiscal asegura en su escrito que en abril de 2016, A.C.G. se puso en contacto con los otros dos, con antecedentes por robo uno de ellos, con la finalidad de que estos dos últimos buscaran una mujer menor de edad para trabajar unos días en un club de alterne. Para ello, M.P.V. y J.P.P. contactaron en La Palma del Condado con una menor en aquellas fechas a un mes de cumplir los 18 años, nacida en 1998, ofreciéndole la cantidad de 5.000 euros por pasar varios días en un club ubicado en el municipio de El Barco de Valdeorras (Orense), y una retribución mayor si mantenía relaciones con el dueño de dicho club, a quien debería denunciar después por haberla empleado siendo menor de edad. En el transcurso del viaje hicieron una parada en un restaurante, donde A.C.G. aprovechó que la menor iba al baño, para seguirla y ofrecerle 300 euros por mantener relaciones con ella, a lo que ésta se negó, de modo que el acusado hizo uso de la fuerza y supuestamente abusó de ella e impidió en todo momento que M.P.V., entrara en el baño para socorrer a la menor.

Seguidamente todos siguieron el viaje y dejaron a la joven en el club con las indicaciones precisas de lo que debía hacer. La menor logró ser alojada sin que le pidieran la documentación y sin que, en ningún momento, fuera requerida para prestar servicios de naturaleza sexual. La menor pudo abandonar el club cuatro días más tarde y regresó finalmente a La Palma del Condado. Como consecuencia de la agresión sexual sufrida, la joven padeció un cuadro ansioso-depresivo con alteraciones de sueño, pesadillas, baja autoestima, falta de concentración y sentimientos de culpabilidad con alteraciones en la esfera de su vida sexual, y necesitó tratamiento psicoterapéutico para su curación durante 90 días. Como secuelas le han quedado trastornos neuróticos y estrés postraumático con fenómenos de evocación, evitación e hiperventilación frecuentes.