Huelva sufre los efectos de la pandemia de coronavirus desde hace nueve meses. Los abrazos y los besos han sido desterrados hasta nuevo aviso, las mascarillas se han convertido en un complemento indispensable en los atuendos de los onubenses y el gel desinfectante se ha asentado como un compañero de viaje más.

Además de los nuevos cambios en la rutina diaria, la Covid-19 ha traído consigo secuelas económicas, físicas y emocionales. Uno de los colectivos que más ha padecido tales consecuencias es el de los sanitarios, quienes han exhibido su entereza, profesionalidad y coraje durante los últimos nueve meses, pese a que el agotamiento les ha incitado a decir "basta" en más de una ocasión.

Las primeras alarmas en la provincia saltaron el pasado 9 de marzo, fecha de la que data el primer caso oficial de coronavirus en el territorio onubense. Se trataba de una mujer de 70 años que había viajado a Italia, uno de los países europeos que más contagios contabilizaba en aquel momento. La misma, tal y como dictaban los protocolos marcados por el Ministerio de Sanidad, pasó a encontrarse en seguimiento activo en su domicilio. 

Pese a que el citado caso fue el primero que se oficializó, la Junta de Andalucía reconoce, a través del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), un primer positivo que se remonta al 3 de febrero, más de un mes antes de que Huelva tuviera evidencias de la existencia del virus. Dicho infectado, sin confirmación por una prueba PCR, aparece en el Informe Covid-19 de la Junta como fallecido tras haber requerido de hospitalización. El mismo debió pasar la enfermedad sin que hubiese sido detectada o, en su defecto, en latitudes diferentes.

Evolución de la pandemia en Huelva.

Antes del 9 de marzo, los datos oficiales de la Consejería de Salud y Familias aseguran – aunque sea a través de estudios posteriores– un segundo contagio por Covid-19 en febrero. Del mismo, cuyo positivo data del 24 de este mes, se deduce también que pudo pasar la enfermedad sin que fuese detectada o en otro punto de la geografía española.

Al término de marzo, Salud cifraba en 177 los positivos por coronavirus, un 1,6% de los 10.687 casos contabilizados a fecha de 15 de diciembre. Algunos de ellos requirieron de atención hospitalaria. El primer hospitalizado data del 14 de marzo – según Salud es la misma persona que se contagió el día nueve– y, tras tres días con un único hospitalizado, los hospitales onubenses recibieron la primera avalancha de ingresos el 17 de marzo con 13 pacientes en planta y tres en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). El aumento de la presión hospitalaria no fue cosa de un día y en los primeros treinta días de pandemia hasta 185 personas tuvieron que ser ingresadas por presentar fuertes síntomas de coronavirus.

El pico más alto de hospitalizados ha sido de 169 ingresos, de los que 18 en UCI

En aquellos primeros días, el desconocimiento de los efectos del virus y la incertidumbre que se generaba alrededor de los primeros positivos dejaron secuelas catastróficas en los profesionales de la sanidad, dado que el personal de Atención Primaria, hospitales y cuidados intensivos mantuvo contacto directo con pacientes que padecían la Covid-19 sin tomar las medidas de seguridad adecuadas.

Los fallecimientos a causa de la enfermedad no tardaron en llegar. La primera defunción que registra el Informe Covid-19 de la Junta de Andalucía se refiere al primer paciente de coronavirus, si bien es cierto que hasta el 23 de marzo no se oficializó el primer fallecido, un marinero jubilado de Punta Umbría de 80 años. 

Marzo también dejó en la provincia un escenario totalmente novedoso. El día 13 el Gobierno central, en respuesta a la propagación del virus, tomó la decisión de decretar el confinamiento domiciliario en todo el país. Fue entonces cuando se produjeron momentos que difícilmente saldrán del recuerdo de los onubenses, véase las olas de aplausos a los sanitarios a las 20:00, las largas colas en los supermercados para conseguir abastecimiento o la avalancha de iniciativas particulares que desembocaban en la fabricación de mascarillas para diferentes colectivos de población.

Vista de una avenida de la capital onubense durante el confinamiento.

Abril superó en casos a marzo al concentrar 239 infectados, según las cifras oficiales de la Consejería de Salud y Familias. Está considerado como el mes más negro de la primera oleada al contabilizar un 35% más de positivos que el mes anterior, un 875% más de fallecimientos que marzo –39 decesos por los cuatro de marzo– y un 16,52% más de ingresos –115 en abril por los 96 de marzo–. 

El segundo mes de pandemia propagó el virus en 52 de los 80 municipios onubenses. La comarca de la Sierra es la que contaba con más localidades libres de coronavirus, entre las que figuraban Cumbres de Enmedio, Fuenteheridos, Encinasola, Arroyomolinos de León, Zufre, Hinojales, Cortelazor, Alájar, Santa Ana la Real, La Nava, Cañaveral de León, Almonaster la Real, Jabugo, Galaroza, Castaño del Robledo, Linares de la Sierra y Los Marines. También habían conseguido esquivar el virus La Zarza-Perrunal, El Cerro de Andévalo, Sanlúcar de Guadiana, Cabezas Rubias, Villanueva de las Cruces, San Silvestre de Guzmán, Villablanca, Berrocal, Niebla, Bonares y Escacena del Campo.

En mayo los contagios bajaron un 64% respecto a abril al contabilizarse tan solo 62 positivos, apenas dos casos por día. Asimismo, para la provincia junio funcionó de bálsamo después de que Salud notificase únicamente 14 infectados en aquel mes. Los buenos resultados, que se extendieron a todo el país, empujaron al Gobierno central a poner fin al estado de alarma para que fuesen las comunidades autónomas las que decretasen las restricciones pertinentes en función de la evolución de la pandemia.

Los onubenses aplauden a los sanitarios durante el confinamiento.

Por contra, junio también fue el mes en el que se registró el primer brote –con una decena de casos–, cuyo paciente cero era un marinero de Lepe llegado del extranjero por motivos laborales, el cual habría participado en eventos de carácter lúdico y festivo. 

En mayo los fallecimientos ascendieron a cinco, mientras que en junio no se registraron víctimas mortales. Del mismo modo, fueron buenos meses en términos de hospitalización, dado que mayo concentró un único ingreso y junio dos. 

El mes de julio comenzó a aventurar la llegada de una nueva oleada de Covid-19 al contabilizar 34 positivos –20 más que su mes predecesor–, pero fue agosto el mes que dio entrada nuevamente al virus después de que Salud y Familias notificase 234 contagios, dos fallecidos y ocho hospitalizados.

Desde entonces los efectos del virus no cesaron y la propagación del mismo fue a más. Así, entre agosto y septiembre (746 casos) los contagios crecieron un 207% y entre septiembre y octubre (2.940 casos) un 294,1%. De hecho, el listado de municipios que seguían sin contar con casos de coronavirus en octubre bajó a 19: Alájar, Castaño del Robledo, Cortelazor, Galaroza, Linares de la Sierra, Puerto del Moral, Santa Ana la Real, La Zarza-Perrunal, La Nava, Cañaveral de León, Cumbres de Enmedio, Hinojales, Arroyo Molinos de León, Zufre, Berrocal, La Granada de Riotinto, Sanlúcar de Guadiana, Villanueva de las Cruces y San Silvestre de Guzmán. Asimismo, el décimo mes del año dejó 20 fallecimientos y 115 ingresos. 

Tan solo cinco municipios de la provincia han logrado esquivar al virus

Tras octubre, llegó noviembre, el mes más devastador para los onubenses. El virus atacó a más de 5.000 personas y dejó 39 víctimas mortales y 282 hospitalizados. En este sentido, la Consejería de Salud y Familias evidencia un crecimiento de los contagios entre octubre y noviembre (5.017 infectados) de un 70%, al tiempo que refleja que solo noviembre concentró casi la mitad de todos los positivos contabilizados en el territorio onubense desde el comienzo de la pandemia.

La dureza con la que ha golpeado el virus a la provincia en la segunda oleada de la pandemia de coronavirus se hace manifiesta al comparar ambas olas. En esta línea, si se suman los casos de coronavirus de la segunda oleada –agosto, septiembre, octubre y noviembre– el resultado obtenido asciende a 8.946, un 83,71% del total de contagios registrados en el territorio onubense hasta el 15 de diciembre.

De otro lado, noviembre fue también el mes que más muertes dejó en el conjunto de la provincia. Los 39 fallecimientos suponen un 33,3% del total de decesos que ha provocado el virus hasta mediados de diciembre. Son, por tanto, las mismas víctimas mortales que Salud notificó en abril. No obstante, hay que puntualizar el hecho de que la mortalidad ha descendido de forma considerable. Así, si en noviembre falleció tan solo el 0,78% de las personas contagiadas, en abril lo hizo el 16,32%.

En lo que a las hospitalizaciones se refiere, noviembre también se convirtió en el peor mes para los onubenses, en tanto que casi una decena de personas necesitaron de hospitalización a diario. De este modo, el número de ingresos totales ascendió a 282, un 35% del total de pacientes hospitalizados desde el inicio de la pandmeia hasta mediados de diciembre.

Colas en un supermercado de la capital al comienzo de la pandemia.

Por su parte, diciembre, pese a que no ha concluido, mejora los resultados de los meses de noviembre y octubre. A día 15 del citado mes, los contagios ascienden a 1.034, lo que supone una media de 68,9 positivos diarios. Dicha cifra mejora considerablemente las medias diarias de 167 positivos en noviembre y de 94 en octubre.

En el apartado de los decesos, diciembre mejora a noviembre, pero sin llegar a los 0,6 víctimas mortales diarias de octubre, dado que ha contabilizado once decesos en quince días.

Diciembre ha servido, por otro lado, para aliviar la presión hospitalaria. Por vez primera desde octubre los ingresos han bajado del centenar, pese a que en tan solo quince días ya se han superado los hospitalizados del mes de octubre (132 en diciembre por los 115 de octubre).

Nueve meses después, tan solo Berrocal, Cumbres de Enmedio, Hinojales, La Nava y Villanueva de las Cruces han conseguido esquivar el virus en la provincia de Huelva.