Huelva de ayer a hoy

Ingenio en el desarrollo portuario: la Marina

  • Francisco Montenegro inventó en 1904 un sistema eléctrico de pilotaje en la Ría

Andamio volante para hincar pilotes en la Ría de Huelva.

Andamio volante para hincar pilotes en la Ría de Huelva. / Foto de Garrido Pérez · Archivo Sugrañes

Comienza el pilotaje para la Marina en el Muelle de Levante. Comienza el pilotaje para la Marina en el Muelle de Levante.

Comienza el pilotaje para la Marina en el Muelle de Levante. / Eduardo Sugrañes

Recientemente paseaba por el entorno portuario. Había llegado a La Glorieta, allí todavía se puede ver la bajamar con la espartina marítima. Esperemos que se mantenga porque es lo único que se conserva de este entorno marítimo que conecta con las Marismas del Odiel.

Siguiendo la línea del cierre portuario continué hasta llegar a su entrada frente a la avenida de la Real Sociedad Colombina. Miré y entré. El acceso estaba libre, ahora para vehículos.

Recordé a aquellos años de niño en los que aquí se amontonaba escoria de mineral y en alguna relucía algún trozo de pirita. Era como un trofeo, de tanta ilusión como para los exploradores en el Amanozas unas pepitas de oro.

En otra época, y por las vías de los trenes mineros, lo que se buscaba eran trozos caídos de azufre, con ese otro color amarillo tan potente. Con unas pastilla de clorato, el ruido estaba garantizo en las Navidades. Una forma barata de diversión muy distinta a las de ahora en las tiendas de pirotecnia autorizadas.

Maqueta de la Marina del Puerto de Huelva en el Muelle de Levante. Maqueta de la Marina del Puerto de Huelva en el Muelle de Levante.

Maqueta de la Marina del Puerto de Huelva en el Muelle de Levante. / Rafa del Barrio

LLegué al borde mismo del Muelle de Levante, a donde acudía con mi abuelo José, patrón de pesca, con el que veía los barcos amarrados esperando una nueva partida de varios meses. El recuerdo es maravilloso.

Ahora sin barcos, toda la lámina de agua en la quietud. Me sorprendió los primeros pilotes de la futura Marina del Puerto de Huelva, de la que tanto se habla en estos últimos meses.

La plataforma me recordó a una interesante fotografía de una antigua publicación del verano de 1904, donde aparece una estructura grande, un armazón de madera. Se trataba, según el pie de foto, de un “andamio volante para hincar pilotes movidos por la electricidad”. Un invento revolucionario del ingeniero jefe del Puerto Francisco Montenegro.

Era la gran estructura con la que se avanzaría hacia los medios del Odiel para encontrar el máximo calado, que garantizara la llegada de grandes buques. El nuevo muelle costaría diez millones de pesetas. Hoy se avanza más y la Marina se introduce en las aguas al amparo del Muelle de Levante, que llegó más tarde y hoy tiene vocación de ciudad.

Contará con un gran centro de ocio náutico. Contará con un gran centro de ocio náutico.

Contará con un gran centro de ocio náutico. / Rafa del Barrio

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