La participación del coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, en una nueva edición del Foro Gerardo Rojas que organiza Huelva Información, celebrada ayer, volvió a servir para abordar el debate del sector industrial en Huelva, fundamentalmente el que se ocupa de la producción química y energética: su situación presente, su rentabilidad, su convivencia con la sociedad de la que forma parte, sus herramientas para afrontar los altos costes productivos o la inseguridad jurídica, factores estos últimos que provocan que sus miembros miren con preocupación al futuro.

Fue el propio Maíllo quien abordó el tema al felicitar al Gobierno andaluz por su papel en el planteamiento de una mesa para el tratamiento de los fosfoyesos, asunto en el que hay que "actuar con cuidado, escuchando a todos, desde el mantenimiento de un diálogo que no se puede romper", máxime teniendo en cuenta que, como señaló el secretario general de la FOE, Rafael Ávila, la industria es uno de los pocos sectores de la economía regional que no padece "el alto grado de estacionalidad que afecta a nuestro modelo productivo".

Sin embargo, los representantes de la industria presentes en el restaurante Peix no se mostraron tan optimistas. Rafael Martínez Cañavate, director de Cepsa-Refinería La Rábida, lamentó que en Andalucía "el problema, más que triste, es grave". "Hemos bajado al 8% de PIB cuando en Europa se tiende al 20%", advirtió, "así que algo hemos hecho mal". "Las instituciones tienen que hacer algo, nosotros también, pero creemos que debemos tener seguridad jurídica", pidió Cañavate: "No denostemos la industria pesada", una petición apoyada por el director general de Metalurgia de Atlantic Copper, Miguel Palacios, quien considera que "muchas veces se habla de los sectores en términos excluyentes. Nosotros pensamos que somos parte de la solución", apostilló Palacios.

La necesidad de resolver públicamente esa dicotomía inherente a la actividad industrial fue apuntalada por el coordinador provincial de Izquierda Unida, Pedro Jiménez. "Hablar de industria en Huelva es hablar de la química y la energética, porque no nos ha quedado otra; pero debe ser sinónimo de mucho diálogo y mucho acuerdo si queremos que no se cuestione su actividad", planteó. Sin embargo, Jiménez lamentó que su formación haya pedido "insistentemente un órgano de participación amplio donde poder debatir los elementos positivos y negativos percibidos por la sociedad" y haya encontrado la negativa de "ciertos" sectores, cosa que confesó no entender "si queremos acabar con lo negativo y así poder diversificar y traer más industria que no sea incompatible con la que ya hay".

Una diversificación que Maíllo vislumbra como la alternativa "que hay que poner sobre el tapete" para abordar la "reindustrialización" necesaria para superar la crisis, abordada desde un "principio de sostenibilidad", basada en "una apuesta firme por las energías renovables y limpias", vinculada como complemento a la minería y al sector agroalimentario y en la que la transformación de los productos del sector primario se refuerce y permita que la riqueza se quede en Huelva y Andalucía.