El coronavirus volvió a azotar al sector turístico en el mes de octubre aunque la movilidad era más abierta que la que existe en estos momentos. Aun así, muchos hoteles ya habían dado por terminada la temporada y por tanto su cierre tras el verano. Y es que sólo había abiertas 7.546 plazas por las 21.646 que se contabilizaron en octubre de 2019, según los datos que se reflejan en el Instituto Nacional de Estadística. Traducido en número de hoteles, este mes de octubre estaban abiertos 94, es decir, 32 menos que el ejercicio pasado.

Poco a poco van cerrando sus puertas los establecimientos hoteleros onubenses a la espera de que 2021, año crucial para la supervivencia de muchos negocios, sea de un color más vivo que el grisáceo. De los 155 hoteles que se contabilizaron abiertos en la provincia el pasado mes de agosto, 22 decidieron no alargar su temporada alta en septiembre. Mientras que otros 39 no llegaron a ofrecer sus servicios en octubre. La pandemia del coronavirus es la principal consecuencia de este efecto dominó de cierres y que lleva consigo menos empleo y menos actividad económica derivada a los proveedores, así como en los establecimientos hosteleros y medios de transporte, que son afectados indirectos del escaso movimiento turístico.

Las malas previsiones, debido al coronavirus, se cumplieron y sólo llegaron hasta la provincia un total de 32.884 viajeros el pasado mes de octubre. Fueron 46.890 menos que en el ejercicio de 2019. El desplome fue de un 48,4% en el turismo nacional y de un 86,1% en el internacional. Sólo llegaron hasta el territorio onubense poco más de 3.000 turistas extranjeros por los casi 22.000 que lo hicieron el curso pasado. El turismo que sumó en las cifras fue principalmente el de cercanía. Así, el 65% de los visitantes que se hospedaron en hoteles onubenses durante octubre venían de algún punto de Andalucía. Madrid y Extremadura, como es habitual, fueron la segunda y la tercera localización más representada en los establecimientos de la provincia de Huelva.

Consecuencia de la pérdida de viajeros, se contabilizaron un total de 180.619 pernoctaciones menos de un año para otro, pasando de las 250.872 a las 70.253. La reducción del poder adquisitivo por parte del viajero (aumento del paro, Erte...), así como las incertidumbres provocadas por la pandemia provocaron que la estancia media se redujese en un día. Si en octubre del año pasado cada viajero pasó 3,14 días en la provincia, este año sólo estuvo 2,14 días, es decir, poco más que un fin de semana. En este aspecto también influye la caída del número de viajeros internacionales, que tienen poder adquisitivo y tienen un gasto medio notable cada día que pasan en la provincia.

Todo esto lleva a la ocupación hotelera, principal medidor de la vida de los establecimientos durante un mes. En esta ocasión la cifra bajó casi en 8 puntos pasando del 37,2% al 29,7%. Los datos del mes de noviembre, que se conocerán durante este mes, se presuponen más bajos en cuanto a cifras en todos los aspectos debido a las restricciones de movilidad que se han ido sucediendo en las semana anteriores. Sin movilidad, no hay turismo. Y por tanto se paraliza casi por completo la actividad económica.