Huelva

Huelva se abre paso en los parques eólicos marinos con tres proyectos

  • Si se ejecutasen los tres, la inversión superaría los 3.000 millones de euros · Las propuestas están pendientes de los condicionantes ambientales y la tramitación ante el Ministerio de Industria

Huelva podría convertirse en una de las provincias españolas pioneras en una forma de energía renovable aún por implantar en España: la eólica marina. Al menos tres proyectos pugnan por hacerse realidad frente a la Costa onubense, una de las zonas privilegiadas para la instalación de este tipo de parques por sus horas de viento y su escasa profundidad (los parques hasta ahora son económicamente rentables con un máximo de 30 metros de profundidad, lo cual supone un problema por la profundidad de las costas españolas). Todavía son sólo propuestas, pero podrían traer hasta la provincia una elevada inversión por el alto coste de instalación y mantenimiento de estos parques.

La provincia onubense es junto a Cádiz, Castellón, el Delta del Ebro, Galicia y Canarias, una de las zonas con mejores condiciones naturales para la implantación de parques eólicos marinos por viento y profundidad marina. De ahí que se haya situado entre las primeras escogidas por los promotores para plantear proyectos offshore, de los que tres al menos se han presentado en firme: dos de Iberdrola y uno de Ceowind (filial de Capital Energy). Con la larga tramitación establecida por el Gobierno central se definirán cuántos parques pueden instalarse frente a la Costa onubense, dónde y cuándo.

Capital Energy se muestra reservada en este momento todavía inicial de los proyectos offshore, pero confirma su interés en instalar un parque que tendría algo menos de 500 megavatios de potencia. Hace ya algún tiempo la empresa mantuvo incluso reuniones con los ayuntamientos de Ayamonte e Isla Cristina al respecto, con el objetivo de estudiar las posibilidades de la zona, pero la falta de regulación del sector le impidió seguir adelante con su proyecto, que por otra parte se encontró con las protestas de los pescadores de Isla y el apoyo de los ecologistas.

Iberdrola presentaba recientemente su propuesta para Huelva, con casi 1.000 megavatios de potencia totales (como comparativa, la central de ciclo combinado de Unión Fenosa tiene tres grupos con una potencia total de 1.200 megavatios) y más de 160 aerogeneradores. En concreto, Iberdrola Renovables tiene un proyecto denominado Costa de la Luz-Huelva frente a las costas de Isla Cristina y Lepe, con 83 aerogeneradores y 498 megavatios de potencia y quiere instalar otro parque eólico marino, Punta del Gato, entre Lepe, Cartaya y Punta Umbría, de las mismas características que el anterior. Cada uno de los parques eólicos produciría más de 1,3 millones de megavatios al año, una cifra de importancia si se tiene en cuenta que en toda la provincia se consumieron en el año 2006 3,1 millones.

Pero quizás las cifras más llamativas se refieran a la inversión necesaria para la instalación de un parque eólico marino. Los costes de estas infraestructuras se disparan, duplicando al de los parques terrestres y situándose en torno a los 2,4 millones de euros por megavatio, es decir, que sólo con los proyectos de Iberdrola llegaría una inversión de más de 2.390 millones de euros y con el parque de Capital Energy se sobrepasarían con creces los 3.000 millones. Además, según explican fuentes empresariales, gran parte de esa inversión se quedaría en la zona con la contratación de barcos, grúas o tarifas portuarias, a lo que habría que sumar la generación de empleo para el mantenimiento de los parques, también de un elevado coste.

Por otra parte, otra de las ventajas esgrimidas por las empresas y los ecologistas es la importante reducción de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera mediante esta energía renovable. Se calcula que cada megavatio/hora supone la emisión de 0,7 toneladas de CO2. Teniendo en cuenta los cálculos de Iberdrola, que estima en 1,3 millones de megavatios la producción neta anual de cada uno de sus parques (gracias a las 2.600 horas de viento de la costa), cada instalación supondría dejar de emitir 919.000 toneladas de dióxido de carbono.

Estos son los argumentos a favor de unas infraestructuras que han contado por otra parte con la oposición social especialmente del sector pesquero, que tuvo en las movilizaciones de la costa gaditana contra el proyecto Mar de Trafalgar su máximo exponente. La Consejería de Medio Ambiente llegó a dudar de las ventajas ambientales de estos parques y en todo el país hubo voces discrepantes conforme aparecían los proyectos. El Gobierno central, la administración competente, comprometió una regulación de la instalación de los parques que se hizo realidad el pasado verano con la publicación de un Real Decreto en el que se establecen los pasos a seguir para la instalación de estas plantas. Y en este marco, se ha elaborado un Estudio Estratégico Ambiental del litoral español, en el que se delimitan las zonas en las que es posible instalar parques eólicos marinos y aquellas que quedan excluidas por motivos ambientales. En el litoral onubense se ha establecido una amplia área de exclusión, mientras que prácticamente la totalidad del área restante se considera zona con condicionantes ambientales, es decir, que la construcción de proyectos queda sujeta a la realización de posteriores estudios ambientales. En esa situación se encontrarían a priori los proyectos presentados, a falta de un estudio detallado por parte de las empresas que determine si alguno de ellos se queda fuera o es necesario modificarlo.

No obstante, el camino a seguir aún es largo. Por ahora, han empezado a hacerse estudios de caracterización (documentos previos a la reserva de zona), pero una vez que esté aprobado el Estudio Estratégico Ambiental podrán empezar a solicitarse las reservas de zona. Estas reservas permitirán a los promotores realizar estudios durante dos años sobre una determinada zona y, transcurrido este plazo, pedir la solicitud de instalación de un parque eólico marino.

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