Huelva

Huelva ya tiene nuevo obispo

  • Santiago Gómez Sierra toma posesión de su prelatura en la Catedral y se pone al frente de la Diócesis onubense

  • Dice que “necesitamos volver a vincularnos con los pobres”

El obispo de Huelva durante un momento de la celebración de la eucaristía.

El obispo de Huelva durante un momento de la celebración de la eucaristía. / Rafa del Barrio

Las banderas de colores vaticanos salteadas entre las de la Diócesis de Huelva en el porche catedralicio indicaban ceremonia. “Estoy celebrando con la iglesia particular de Huelva mi vínculo nupcial” señaló en la homilía de su toma de posesión como obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra. No era para menos la ornamentación, las galas de los presentes y cada gesto cuidado hasta el más mínimo detalle. Huelva ya tiene nuevo obispo. El sexto de su joven Diócesis, que aunque su camino es corto, la fe y la devoción en Cristo de la comunidad onubense es grande, fuerte e inquebrantable. José Vilaplana, que ya es obispo emérito, relevó ayer su cargo catorce años después de una incansable labor en la evangelización. Su relevo lo tomó José Gómez Sierra, que después de haber sido obispo auxiliar del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, se pone al frente de la Diócesis de Huelva.

Gómez Sierra llegó ante las puertas de la Catedral a las 20:05 para una celebración que duró más de dos horas. Su rostro, a pesar de la mascarilla, reflejó felicidad y agradecimiento. Su facciones fueron de sonrisa larga, que después se contemplaron durante el acto propio de la toma de posesión.

Juan José Asenjo, que presidió la primera parte del acto, José Vilaplana, y el párroco de la concepción, Diego Capado, lo recibieron a los pies de la escalera de la entrada. Algunos fueron los ojos curiosos de onubenses que se acercaron para ver este momento histórico y otros, incluso, tuvieron que asumir que sin invitación no se podía entrar en una ceremonia recortada en aforo por la pandemia. Y es que no pudo estar siquiera presente el clero onubense al completo por la misma razón.

Repicaron las campanas mientras se entablaron las presentaciones entre Gómez Sierra y el deán presidente del Cabildo, revestido con la capa fluvial. Éste ofreció al obispo electo la imagen del crucifijo para que lo besara y a continuación le entregó el hisopo con el agua bendita, con el que se asperjó a él a los presentes.

Juan José Asenjo, Santiago Gómez, José Vilaplana y Diego Capado. Juan José Asenjo, Santiago Gómez, José Vilaplana y Diego Capado.

Juan José Asenjo, Santiago Gómez, José Vilaplana y Diego Capado. / Rafa del Barrio

Se pusieron en pie los invitados a este ceremonia indicando el camino de Gómez Sierra hasta la capilla del Santísimo Sacramento para adorarlo durante unos instantes, antes de ir hasta el claustro y salón de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Huelva donde los cardenales, obispos y sacerdotes concelebrantes se revistieron.

Hasta once obispos se dieron cita en la Catedral de Huelva para acompañar y presenciar esta celebración. Entre ellos, el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo y el secretario de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello. También asistió Gian Luca Perici, en representación de la Santa Sede.

Un solo Señor, de Lucien Deiss, por mediación de la Coral de la Catedral de Huelva –que estuvo impecable durante toda la ceremonia–, fue lo que sonó en la entrada procesional de las autoridades eclesiásticas. Vilaplana presentó a Gómez Sierra, antes de subir al altar, al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz; la subdelegada del Gobierno, Manuela Parralo; y la delegada del Gobierno andaluz, Bella Verano. Los tres, sentados en la primera bancada del lado izquierdo, mientras que en el derecho se situaron los familiares del nuevo obispo de Huelva.

“Nuestra sociedad, marcada por la secularización, necesita más que nunca la luz del Evangelio; nuestras familias sacudidas por una fuerte crisis demandan la orientación de la Iglesia para recuperar la transmisión de la fe en sus pasos iniciales; los jóvenes necesitan también ser escuchados y acompañados; las nuevas pobrezas y los emigrantes reclaman acogida y ayuda… Hay mucha tarea, querido hermano”. Son palabras de José Vilaplana a Santiago Gómez momentos antes de la toma de posesión. La ceremonia siguió sus pasos bajo el protocolo mientras que numerosos presentes –con mascarillas todos y habiendo pasado un control de temperatura– se abanicaron debido al sofocante calor.

A continuación tuvo lugar la parte central de la celebración. Se tomó lectura de la bula de nombramiento y Juan José Asenjo invitó a Santiago Gómez Sierra a sentarse en la cátedra y le entregó el báculo, simbolizando la sucesión apostólica y la continuidad pastoral. Un sonoro aplauso fotografió el momento antes de que tuviera lugar el rito de la adhesión y obediencia donde una representación de los distintos sectores de la Diócesis se acercaron hasta el obispo para manifestarle su obediencia y afecto.

Una eucarística prosiguió en el interior de la Catedral, en la que Gómez Sierra pronunció su primera homilía. “Comienza así para mí un vínculo nuevo con este Iglesia particular que peregrina en Huelva”, expuso el obispo, quien centró parte de su alocución en los vínculos sociales. “Necesitamos volver a vincularnos con los pobres y marginados para construir verdaderamente una sociedad que busque con perseverancia el bien común”. Así, señaló que “el compromiso social y la opción por los pobres tienen una vinculación directa con la proclamación del Evangelio”.

Tras la eucaristía se dio lectura al acta de toma de posesión y se firmó por las autoridades eclesiásticas. Finalmente, el obispo de Huelva se quedó en el altar para recibir el saludo de todos los asistentes. Entre ellos se encontraba la directora de Huelva Información, Ana Vives Casas; la rectora de la UHU, María Antonia Peña; y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio González, además de autoridades civiles, militares y judiciales.

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