El buzón del Hospital Juan Ramón Jiménez no descansa y ya suman un centenar diario el número de cartas que ha recibido desde que el pasado martes el centro hospitalario se dirigiera a los ciudadanos para proponerles el envío de mensajes para los pacientes ingresados a raíz del coronavirus. El elevado volumen de cartas atestigua el aluvión de ánimos, reconocimientos y muestras de cariño que los hospitalizados y sanitarios reciben de las personas confinadas.

Cada mensaje se presume como una historia personal repleta de intimismo, esperanza y energía. Como si de una medicina más se tratase. Las mentes de algunos escritores depositan en el papel un relato ficticio que aúna sentimentalismo y coraje, si bien las de otros optan por un revelar un tinte artístico y construyen un mensaje en forma de una canción o un poema. Tampoco faltan las experiencias personales destinadas a insuflar esperanza, ni las de un corte más clásico, que contemplan un mensaje bello y emotivo que, por descontado, es capaz de derramar alguna lágrima.

Iván, de 8 años, escoge la poesía para esbozar un mensaje de tranquilidad. Acompañadas de un arco iris, sus letras redactan cómo está viviendo la primavera alejado de sus seres queridos, pero con la “confianza” de que todo terminará muy pronto. Por su parte, la madre de Víctor Manuel, de 16 meses, relata que su hijo “está seguro de que os curaréis porque tenéis que ver el bonito mar de Huelva”, al tiempo que también asegura que “todas las noches le pide a Dios que ponga sus manos sobre todos los pacientes”.

También hay cartas destinadas a los sanitarios, un 10% del total. De carácter anónimo es el mensaje de “un ángel a otro ángel”. En él, una persona confecciona una simbiosis entre un músico y una enfermera. A ambos le faltan “cuerdas en el instrumento” o “recursos materiales”, pero los dos “están haciendo una preciosa música con esfuerzo, compromiso y vocación”.

Otra de las modalidades de cartas que se almacenan en el buzón del Juan Ramón Jiménez son las nominativas, en tanto que son varios los que quieren lanzar un mensaje a amigos o familiares con una dosis de originalidad. Pese a que los pacientes disponen de sus dispositivos móviles para conectar con el exterior, la recepción de una carta escrita alimenta “una sonrisa bien diferente”, resalta Cinta Penco, responsable de la iniciativa y encuadrada en el área de Calidad. Por ello, hay mensajes que incluyen el nombre del destinatario y la habitación del mismo con ánimo de tocar el corazón de un modo más particular.

Una paciente lee una de las cartas.

Las edades de los escritores destacan por la disparidad, en tanto que se reciben desde cartas de niños muy pequeños que tienen que ser ayudados por sus padres hasta relatos de personas mayores. En este sentido, la responsable destaca que “todos estos mensajes alivian los largos días de aislamiento” y hacen que se desvanezca cualquier inquietud relacionada con el virus.

Para que estos mensajes lleguen a sus destinatarios resulta imprescindible el carácter solidario de un grupo de voluntarios, quienes invierten su tiempo en imprimir y adaptar las cartas, además de en emitir una contestación. En este sentido, pese a que se ha recibido más de 700, “hemos contestado la mitad”, resalta Cinta Penco, quien enumera a Huelva Información la gran cantidad de provincias desde donde proceden los mensajes. En cuanto a las adaptaciones, la responsable de la iniciativa destaca que muchas vienen en PDF y las pasan a otro formato, mientras que en otras deben eliminar la autoría para mantener la privacidad de quien escribe, por lo que el tiempo invertido es alto.

Para el reparto se dividen en pequeños montones de 10 y se les dan a los responsables del área de enfermería que entregan las cartas de forma aleatoria. De hecho, se les dan estos mensajes, incluso, a los que tan solo son sospechosos de haber sido contagiados, en tanto que “también necesitan apoyo y mensajes de cariño”.

Precisamente, el referido momento es el motivo de la puesta en marcha de esta iniciativa, en tanto que todos irradian sonrisas “muy necesarias cuando vives una situación de aislamiento que se prolonga en el tiempo”, resume Penco. Esta irrupción en su confinamiento se antoja como una medicina más y “los estados de ánimo son mejores con la lectura de mensajes de apoyo” de los valientes anónimos que arrojan sus sentimientos sobre el papel.

Dibujo enviado por un niño a los pacientes del Juan Ramón Jiménez.

Para aquellos interesados que quieran sumarse a este movimiento ciudadanos, desde el Hospital Juan Ramón Jiménez se recuerda que las cartas se pueden enviar a la dirección de correo electrónico animapacientesyprofesionales@gmail.com creada en el centro hospitalario para esta finalidad. Se recomienda que las cartas sean anónimas e incluyan algunos datos para que la persona que las lea pueda imaginar quién se la escribe, tales como el nombre de pila, la edad, una breve descripción personal si se desea y un mensaje de apoyo, de superación, de acompañamiento, en definitiva, transmitirles que no están solos y que juntos se pueden vencer las dificultades.

El hospital onubense se suma de este modo a la iniciativa de la cirujana Cristina Marín del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, que pidió a sus familiares y amigos que colaborasen con sus pacientes con este gesto solidario y, a partir de ahí se ha ido extendiendo a otros centros hospitalarios por su generosa contribución positiva.