Rafael Jurado García fue recordado ayer a título póstumo por su Hermandad del Santo Entierro que lo tiene como hermano mayor honorario.

Es el tributo de la memoria. El recuerdo a quienes nos han precedido, a esas personas que a lo largo de la vida de una hermandad van forjando la realidad social y el carácter de la misma.

Rafael Jurado Soledad

Las hermandades no son nada sin las personas que la forman. Las imágenes son el vehículo para dar esa unidad, para de su mano comprometernos con el futuro desde el aliento y la esperanza de una advocación.

Las hermandades son personas y es una suerte que en esta del Santo Entierro tengamos cofrades como Rafael Jurado, que se une a esa pléyade de hombres y mujeres que han ido forjando este largo camino de cerca de seis siglos de vivencias. Todas distintas, pero igualmente importantes.

Por eso, hoy cuando todo se da hecho y hay quienes se pueden creer -entre wahsap y Facebook- que se vive de ser autosuficientes, es una alegría que nos fijemos en este homenaje póstumo.

Es el recuerdo a una de las personas que se entregó en cuerpo y alma a su hermandad. Es el reconocimiento a esos esfuerzos que se realizan en tiempos que fueron más duros que los de hoy y que llegaron hasta donde pudieron extendiendo su mano para que ahora se pueda recoger ese testigo, desde el reconocimiento, el respeto y el orgullo del vínculo que nos produce vivir y sentir el espíritu de la hermandad.Eso es lo que nos hace fuerte y nos da una mirada hacia el futuro, pensando en personas que han sido baluartes en los últimos tiempos, como lo fue Rafael Jurado.

Los designios del Señor son siempre sorprendes y a Rafael Jurado le tenía preparado uno de los grandes momentos históricos para vivir al frente de la Hermandad del Santo Entierro, como fue la vuelta a la ermita de la Soledad. Supo estar al frente de un grupo importante de cofrades que ofrecieron sin reservas su aliento y esfuerzo para que el traslado a su casa de siempre fuese una gozosa realidad como lo es ahora. Un hecho del que se van a cumplir 25 años de esa efemérides el próximo año. Un homenaje que puso también de relieve el perfil de guitarrista y cantaor flamenco de Rafael Jurado, un magnífico saetero de voz preciocista. Así estuvieron participando de este recuerdo numerosos artistas que recordaron al buen cantaor y al mejor amigo.