Huelva

Guardia Civil de Huelva: Siempre prevenidos, nunca atemorizados ante el coronavirus

  • La coordinación y el compañerismo imperan en la Benemérita durante el estado de alarma

  • Han sido tiempos extraños de desplome de la delincuencia, con la excepción del narcotráfico

Uno de los controles de la Guardia Civil en Corrales, durante la pandemia.

Uno de los controles de la Guardia Civil en Corrales, durante la pandemia. / Alberto Domínguez (Aljaraque)

Hay poco de miedo en el trabajo de la Guardia Civil de Huelva y mucho de responsabilidad, compromiso y prevención. En los más de dos meses y medio que llevamos de pandemia, los hombres y mujeres de verde se han empleado a fondo para frenar el avance del coronavirus.

Muchos de ellos se apartaron de sus quehaceres habituales para entregarse a los dispositivos de control. Ahora, poco a poco, se incorporan a sus tareas de siempre con la satisfacción del deber cumplido y, tal y como narran siete de ellos a Huelva Información, más unidos que nunca.

José Antonio Santos. Teniente coordinador del Covid-19

El teniente José Antonio Santos, coordinador del Covid-19 en la Comandancia de Huelva. El teniente José Antonio Santos, coordinador del Covid-19 en la Comandancia de Huelva.

El teniente José Antonio Santos, coordinador del Covid-19 en la Comandancia de Huelva. / M.G. (Huelva)

Es el responsable del órgano de seguimiento y coordinación constituido en la Comandancia de la Benemérita onubense para afrontar el estado de alarma decretado ante la Covid-19. “Analizamos toda la situación y damos apoyo a las unidades operativas de la Guardia Civil y también de las Policías Locales de la provincia, de modo que se pudieran unificar criterios, porque hemos tenido más de 200 disposiciones distintas en dos meses, para que nadie actuara de una manera aquí y de otra allá”, concreta el teniente.

Teniendo en cuenta esta situación excepcional, “hemos dejado en segundo plano lo que habitualmente hacemos en el área de Operaciones, como el Plan Director o el Plan Mayor”. Él además analiza los delitos de odio o las agresiones a los sanitarios.

Natural de Las Cabezas de San Juan (Sevilla), lo que ha  llevado peor de estos meses extraños es “la preocupación por los familiares más mayores, a los que de momento no he podido ver”. José Antonio Santos recuerda cómo los primeros días de estado de alarma “hubo más caos, pero nunca estuvimos sobrepasados; luego poco a poco se coge la dinámica y a todo se acostumbra uno”.

De este trance se queda con “la capacidad de los compañeros para adaptarse a las circunstancias”. A ello suma su “orgullo de sentirme ciudadano español, porque los ciudadanos, lejos de quejarse, han sabido comportarse perfectamente pese a estar tanto tiempo encerrados”.

La cara más amarga la ha encontrado en “todas las personas que se han quedado en el camino; tengo un compañero al que se le murió su padre y no poder despedirlo ha sido muy duro”. La anécdota, una mujer “que nos llamó para decirnos que llevaba mucho tiempo ya confitada, que si podía salir”.

Jesús Hernández. Cabo del Seprona

El cabo Jesús Henrández, del Seprona de Huelva. El cabo Jesús Henrández, del Seprona de Huelva.

El cabo Jesús Henrández, del Seprona de Huelva. / M.G. (Huelva)

Este veterano cabo cacereño lleva más de 20 años en el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil onubense. Es aficionado a la ciencia ficción, así que alguna vez “he pensado que podía pasar algo así, pero no crees que vaya a ocurrir: a veces la realidad supera a la ficción”. Recuerda los primeros días de confinamiento de la población “con las calles vacías y sin circulación, era conmovedor, irreal, y no tenía muy claro cómo iba a acabar esto”.

Aunque siempre se mantuvo activo un equipo del Seprona, “nos desplazaron por un tiempo al resto para realizar las labores pedagógicas sobre el decreto del estado de alarma, ofreciendo ayuda y concienciando a la gente”.

El cabo Jesús estima que “generalmente la población se ha portado muy bien”. Pero hay excepciones. Él mismo intervino en la denuncia que pusieron a un hombre en Matalascañas “que ya había sido denunciado por saltarse el confinamiento cuatro veces”. La excusa que puso esa vez a los agentes es que “iba de Matalascañas a Almonte a comprar al supermercado”.

Es de los que “sí he tenido miedo, como ser humano, después de ver tantos y tantos fallecidos”. Por eso considera que “esto es real, el virus sigue con nosotros y hay que tomarlo en serio”. Le ponen nervioso “las concentraciones multitudinarias, o ver a todo el mundo en los bares sin protección, porque no hay que olvidar que puede haber un rebrote”.

Del confinamiento, lo que mejor ha llevado es “poder pasar más tiempo en casa”. Lo peor, “no poder hacer deporte”. El cabo, como experto en la preservación de nuestro patrimonio natural, sospecha que “esta primavera tan buena que hemos tenido puede ser debida a la falta de contaminación, hasta los cielos se ven más azules”.

Sibisse Páez. Teniente de la Compañía de Ayamonte

La teniente adjunta de la Compañía de Ayamonte, Sibisse Páez. La teniente adjunta de la Compañía de Ayamonte, Sibisse Páez.

La teniente adjunta de la Compañía de Ayamonte, Sibisse Páez. / M.G. (Ayamonte)

Para esta tinerfeña de 27 años “lo mejor que me ha podido pasar es elegir un empleo de servicio público”. Ella ya lo sabía, pero la crisis del coronavirus se lo ha ratificado. La teniente Sibisse no ha sentido miedo y subraya uno de los lemas de la Benemérita: “Siempre prevenidos, nunca atemorizados”.

Estos meses le han supuesto “un cambio radical en el modo de trabajo: se han rebajado las investigaciones en el ámbito de la delincuencia y hemos reforzado nuestra presencia en la calles, sobre todos con controles de horario y de posibles traslados a segundas residencias” en la comarca de la Costa. “Se echa de menos el trabajo de antes, pero ya está volviendo”.

Destaca el “descenso considerable de toda la actividad delictiva, incluso en la violencia de género”. No ha ocurrido lo mismo con el tráfico de drogas, “del que hemos detectado un aumento importante de la actividad”.

Los componentes del Cuerpo han respondido al desafío de la pandemia “con mucha profesionalidad y con un compromiso impecable”. El compañerismo ha primado, “y hemos hecho piña con los compañeros comisionados de Valverde o Aracena que han estado aquí con nosotros, apoyándonos y lejos de sus familias”.

Para la teniente adjunta de Ayamonte la anécdota más bonita estuvo “en el día en que estábamos de patrulla y nos paramos con un padre y su hija; la cría fue a buscar una bolsa y nos hizo entrega de mascarillas”.

Manuel Rordríguez Mazo. Sargento 1º del COS

El sargento primero Manuel Rodríguez Mazo, en la sala del COS de Huelva. El sargento primero Manuel Rodríguez Mazo, en la sala del COS de Huelva.

El sargento primero Manuel Rodríguez Mazo, en la sala del COS de Huelva. / M.G. (Huelva)

Desde la Central Operativa de Servicios (COS) de la Comandancia de Huelva en la que trabaja el sargento Mazo “se ha hecho un gran esfuerzo para optimizar recursos y asignarlos”. Ha habido que reforzar los turnos de la sala ante el aluvión de llamadas recibidas al 062 durante la crisis. El pico más elevado se alcanzó en los primeros días de confinamiento, concretamente entre el 14 y el 31 de marzo, cuando se registraron unas 6.500 llamadas, “casi el doble que en el mismo plazo de 2019, cuando fueron 3.550”, apunta, una media de “211 al día”.

Durante el mes de abril entraron a la sala 7.900 llamadas, superando las 6.500 de un año atrás, y entre el 1 y el 19 de mayo se habían contabilizado unas 5.700, lejos de las 4.100 del pasado ejercicio.

Explica Mazo que el motivo de estas comunicaciones solía girar en torno a las “dudas que le surgían a la población sobre el decreto de estado de alarma, como cuántos pueden ir montados en un coche y si deben ir con mascarilla, o consultas relacionadas con desplazamientos de estudiantes”.

A nivel personal, el sargento ha vivido este trance “con preocupación”. Su pareja es auxiliar de enfermería en una residencia de ancianos. “Tuvo síntomas y estuvimos unos días en cuarentena en casa por precaución, pero dimos los dos negativo” y pudieron incorporarse al trabajo. Desde el punto de vista profesional el mayor reto ha estado en “poder responder a todas las llamadas”.

Para el anecdotario se guarda “la llamada de una persona que nos contactó al principio del confinamiento para decirnos que necesitaba que la autorizáramos para desplazarse a Huelva a comprar comida para su gato, que estaba muy gordo y necesitaba un pienso especial”. Lo más destacable para Mazo es “la solidaridad de los componentes de la Guardia Civil, porque había gente que no tenía que trabajar y venía a ayudar”.

Desde el COS también se controla el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), que permite controlar “el 100% de la costa con cámaras de visión diurna y nocturna y radares”. Los narcos, dice el especialista, “no entienden de estado de alarma y la actividad no ha parado”.

Elisa García. Agente de la OPC

Elisa García y Pedro Gil, miembros de la OPC de la Comandancia de Huelva, ante el Muelle de Riotinto. Elisa García y Pedro Gil, miembros de la OPC de la Comandancia de Huelva, ante el Muelle de Riotinto.

Elisa García y Pedro Gil, miembros de la OPC de la Comandancia de Huelva, ante el Muelle de Riotinto. / M.G. (Huelva)

De padres sevillanos pero criada entre Aracena, Cortelazor y Huelva, Elisa García es uno de los pilares de la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) del Instituto Armado onubense, tarea que comparte con Pedro Gil. Como miembros del equipo que realiza las labores informativas de la Comandancia, García observa que “sobre todo en los primeros días del estado de alarma los medios de comunicación demandaban mucha información en muy poco tiempo”.

Pedro y Eli son los responsables de gestionar reportajes como este, de trasladar la labor de “los compañeros que están en la calle y al pie del cañón” a la prensa y, por ende, a los ciudadanos. “El trabajo se ha intensificado y el teléfono no ha parado de sonar entre las 8:00 y las 22:00”, apunta la agente.

Su impecable trabajo ha rebasado las fronteras provinciales. El vídeo Guardia Civil frente al Covid-19 atesora más de 10.000 visualizaciones en Youtube y ha corrido como la pólvora por las redes sociales. Y la campaña Nuestros pequeños valientes ha batido todos los récords: “Fue una idea del coronel jefe, Andrés López, y el Plan Director, que es la unidad que nos acerca a los coles, nos preguntó si se nos ocurría hacer algo”. Y así nació un compendio de divertidas tareas para los pequeños en el confinamiento que está disponible en la web de la Benemérita para toda España.

Ella nunca ha sentido miedo de contagiar a nadie porque “vivo sola, pero en el caso de Pedro era distinto, con su mujer embarazada y un niño pequeño”. Una coyuntura así “no se la podía imaginar nadie”. A su juicio, el comportamiento “general de la ciudadanía ha sido ejemplar, espero que las medidas se sigan respetando”.

Lo mejor de estos casi tres meses de intenso trabajo han sido “mis compañeros, en los que he encontrado mucho apoyo y con los que me río mucho: trabajar contentos no está reñido con trabajar con profesionalidad”, señala García.

Jerónimo J.M. Capitán del Servicio Marítimo

El capitán del Servicio Marítimo de Huelva Jerónimo J.M. El capitán del Servicio Marítimo de Huelva Jerónimo J.M.

El capitán del Servicio Marítimo de Huelva Jerónimo J.M. / M.G. (Huelva)

El capitán malagueño se incorporó a la plantilla de Huelva en febrero. “Fue llegar y besar el santo”. La pandemia le ha obligado a “tener que desdoblarme, porque se ha mantenido el servicio y he salido mucho a controles, apoyando a las compañías y a otros compañeros”.

Entre sus cometidos principales están velar por el cumplimiento de la ley en nuestras aguas y “de las restricciones que había en cada una de las fases” del confinamiento. “También hemos hecho mucha labor de información, porque la gente dudaba si podía salir a navegar o a pescar”. Y luego están los narcotraficantes. “Ellos han seguido, pero nosotros también hemos estado ahí”, subraya Jerónimo.

Una crisis como la de la Covid-19 le ha sorprendido. “Siempre te puedes esperar una crisis de seguridad ciudadana, pero de salud pública de estas dimensiones no me la esperaba; eso sí, el Cuerpo se adapta muy bien a todo, así que no hay problema”.

Desde el punto de vista privado, “te llega a preocupar bastante porque eres personal muy expuesto y no quieres contagiar a los tuyos”. Por eso ha mantenido, como sus compañeros, todas las precauciones y medidas de higiene al llegar a casa.

Cuatro chicos bañándose en una fuente pública, otro grupo “tocando la guitarra en la calle en el punto álgido de la pandemia” o un tipo que había sido denunciado “siete veces por saltarse el confinamiento y al que acabamos deteniendo por cansino” constan en la nómina de desalmados a los que ha hecho frente.

La cara bonita de la moneda es “ser testigo diario de un hecho histórico y del trabajo de los compañeros, porque todos estamos muy concienciados para detener la progresión de la pandemia”. También guardará en el corazón “los aplausos de la gente”.

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