La empresa pública Giahsa se sumó ayer a la celebración del Día Mundial del Retrete, que en la edición apuesta por el saneamiento sostenible y el cambio climático. El caballo de batalla del sector de los servicios del agua urbana es dar a conocer a la población los terribles efectos que provocan los productos no aptos para ser desechados a través del inodoro. La problemática de las toallitas húmedas se agrava ahora con el de las mascarillas desechables usadas para combatir los riesgos de la Covid-19.

Este mal reciclaje provoca atascos en redes de alcantarillado y colectores que terminan por colapsar las cabeceras de las estaciones depuradoras. Ello comporta agresiones ambientales, sobrecostes económicos y un alto riesgo de inundaciones en los casos de lluvias intensas.

El director ejecutivo de Giahsa, Manuel Domínguez Limón, entiende que “el saneamiento sostenible es una de las mayores preocupaciones en el trabajo diario de los profesionales de esta empresa pública. En este sentido, la concienciación es determinante para atajar problemáticas como la de los atascos provocados por las toallitas, las mascarillas y otros productos de higiene”.