Presidente de AIQB

Gerardo Rojas: "El apoyo de Chaves da seguridad jurídica a la industria química"

  • El presidente de AIQB destaca que la actual crisis económica no causa grandes problemas al Polo

El presidente de AIQB es una persona de la casa, ya que, a parte de trabajar y dirigir a una de las empresas que integran la asociación, ha sido gerente de la misma y hace dos años fue elegido presidente de la patronal de la industria química onubense. Persona entusiasta en lo que a su trabajo se refiere, en estos dos años que ha estado al frente de AIQB ha logrado que se conozca mejor 'la marca', en un esfuerzo por dar a conocer a los ciudadanos de Huelva qué es lo que hacen las fábricas de Huelva.

-Parece que, a pesar de la crisis, está el ambiente más calmado.

-Afortunadamente, estamos en periodo de calma. En estos meses se ha dado salida al convenio del metal, la situación de Nilefos parece que va por buen camino y el caso Fertiberia está perfectamente asumido, a la espera de la fecha de su cierre, aunque siempre supondrá un quebranto el cese de una actividad de este tipo.

-Tanto se habla de crisis, pero parece que al Polo no le afecta.

-La situación de la industria químicas es a veinte años vista. Las empresas tienen su andadura habitual con la incidencia del coste de las materias primas. No vamos a ver cambios bruscos en estos dos años próximos, que es lo que se prevé que dure la crisis económica actual, a no ser que la misma evolucione a mayores. La preocupación de la industria química es que hay elementos que lentamente van a erosionar su competitividad. Hay cada vez más requisitos que cumplir, los costes asociados al registro de productos se elevan a unos valores brutales y cada vez las limitaciones medioambientales, que son incuestionables, que duda cabe, nos colocan en unos costes que nuestros competidores en otros países no tienen. Realmente la industria química y básica puede llegar a ser tan excelente como incompetitiva. La mejor industria química puede estar en Europa, pero a qué precios, siendo cada día menos competitiva. Ese es nuestro gran problema a veinte años vista. Las crisis importantes ya la hemos vividos en las décadas de los 70, 80 y 90. Cada diez años se produce una crisis parecida.

-Entonces, en qué situación estamos.

-Realmente, ahora mismo pensar en recuperar el estatutos de hace un año y medio es absurdo, porque probablemente nunca se van a volver a vivir una condiciones en cuanto a disponibilidad del coste de la energía. Lo que puede ocurrir si los analistas no se equivocan es que en el plazo de un año, año y medio o dos años volveremos a estar en un motivo estable pero distinto, y que evidentemente pude ser menos próspero para algunos sectores de lo que han sido en el pasado. Recuperar todo lo que teníamos es una utopía, ya que la energía ya no será lo disponible que fue, y si lo es, a un precio muy por encima de los costes de otras materias y servicios. Nosotros nunca vamos a tener la energía al precio que la hemos tenido. Esto puede dar lugar a que se desarrollen otras alternativas, a que el tan oscuro mundo de los biocombustibles con tantas facetas, tanto positivas como negativas, se clarifique, y sobre todo se recupere el debate nuclear, que hagan algo con esta energía, razonable, que está ahí y funciona en otros países.

-La subida del precio del petróleo, ¿cómo se lleva?

-Al Polo, en el momento en que aumentan los costes de las materias primas, evidentemente repercuten estos aumentos de costes en los precios fabricados. Esto unas veces se consigue y otras no. Hay productos que van a vivir peor que en el pasado y otros que serán capaces de repercutir sus costes de manera más eficaz a sus clientes. En general un aumento consolidado y diferenciado de la energía necesariamente tiene que significar alguna merma en la rentabilidad de estos productos.

-Por lo menos habrán ayudado las palabras de Chaves sobre el plan de la Junta para consolidar la industria y alcanzar la competividad.

-Sus declaraciones no me han sorprendido. Me han parecido muy bien, porque creo que es una filosofía de Gobierno que no puede faltar dada la realidad en la que vivimos. Es cierto que se sigue apuntando a un modelo de actividad más refinado, con menor impacto, con mayor componente de I+D+i. Quizá se ha hablado más de este modelo de actividad, que es una aspiración de futuro, más que cómo mantener y mejorar lo que tenemos, aunque también la palabra blindaje tiene una connotación de protección y asunción de la actividad que resulta muy positiva para las empresas.

-¿Ve en ello un compromiso desde el Gobierno andaluz?

-Que el presidente de la Junta diga lo que ha dicho es probablemente lo más explícito que hemos oído de la más alta instancia de la Administración autonómica en los últimos años.

-¿Esto puede aportar la seguridad jurídica tanto tiempo demandada?

-Esto da seguridad. Y es que la seguridad jurídica es definir el futuro del proceso que vamos a recorrer. La inseguridad es cuando hay alternativas, puertas que se pueden abrir, recursos que se pueden plantear, que pueden suponer un cambio brusco en la trayectoria que realmente se pensaba que íbamos a recorrer y de repente te encuentras que cambia por intervención de terceros. La inseguridad no hay que asociarla a cuestiones de legalidad e ilegalidad, sino de matización, interpretación y aplicación de la norma. Las normas nunca son absolutamente inequívocas, cuanto más equívocas son más se prestan a interpretación y generan mayor inseguridad e incertidumbre. El hecho de que el poder ejecutivo se manifieste de una forma contundente disipa la posibilidad de que nos viéramos de nuevo metidos en un terreno pantanoso.

-¿Pero tienen las empresas del Polo fortaleza suficiente para continuar?

-Podemos esperar algunos ajustes. De manera que en algunos productos se vea alguna disminución del límite de producción. Pero en otros aumentará, fundamentalmente en los proyectos del nuevo refino y el gas, en los que hay inversiones importantes en los próximos años.

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