Una España que cargaba sobre sus espaldas con un largo periodo de crisis y corruptelas acudía de nuevo a las urnas, y lo hacía dividida entre seguir apoyando a quien había sido su líder político durante 14 años, Felipe González, seriamente debilitado por la situación, o dar la oportunidad al jefe de la oposición, el candidato del Partido Popular José María Aznar, sin el carisma del hasta entonces presidente y de quien recelaba una gran parte de la sociedad.

Así llegó la campaña de 1996, que por cierto, Aznar cerró en la capital onubense el 1 de marzo, con un mitin multitudinario en el Andrés Estrada con el que también brindaba su apoyo al candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, Javier Arenas.

Porque también se convocaron elecciones autonómicas en Andalucía, ante la imposibilidad de gobernar del PSOE  tras los comicios de 1994, cuyo resultado propició que en muchos momentos se estableciesen acuerdos entre el PP e IU que dejaron a los socialistas en una situación precaria. Así las cosas, Chaves disolvió anticipadamente el Parlamento andaluz y convocó elecciones, que de nuevo hizo coincidir con las generales del 3 de marzo.

El resultado no fue positivo para el PSOE, que perdió el Gobierno central y tuvo que pactar con el Partido Andalucista para mantener la presidencia de la Junta. El PA, por su parte, obtuvo su entrada al Gobierno regional con dos consejerías: la de Relaciones con el Parlamento y la de Turismo y Deporte.

En cualquier caso, fueron unas elecciones reñidas, probablemente las más estrechas de la historia en cuanto a resultados. José María Aznar no consiguió la mayoría absoluta que deseaba, y se vio obligado a pactar con CiU, PNV y Coalición Canaria. Antes de llegar ese momento, la incertidumbre por los resultados electorales provocó el desplome de la Bolsa.

Fueron meses complicados a los que ETA siempre estaba dispuesta a su sumar su cobarde contribución. En enero, nada más comenzar el año, secuestró al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Fue liberado por la Guardia Civil en el 97, tras 532 días encerrado en un zulo en Mondragón. El 6 de febrero asesinó al abogado Fernando Múgica Herzog y el 14, al jurista Francisco Tomás y Valiente en su despacho de la Complutense de Madrid.

Fue el año de las vacas locas y también el de los Juegos Olímpicos de Atlanta, pero sobre todo fue el de la tragedia del camping Las Nieves, en Biescas, Aragón, en la que perdieron la vida 87 personas como consecuencia de una riada. El camping estaba ubicado en el torrente de un afluente del río Gállego.