Huelva

Fatiga pandémica en Huelva: El efecto de la Covid-19 en salud mental

  • El Colegio de Psicología onubense reclama a las administraciones que aumente la ratio de psicólogos clínicos, que actualmente es de tres por cada 100.000 habitantes, 15 menos de los que dicta la recomendación europea

  • Especialistas explican el trastorno por la incertidumbre y la desmotivación sostenidas

Una persona en el balcón de su casa.

Una persona en el balcón de su casa. / EFE

La Covid-19 hace mella en la salud mental de los onubenses. El desazón, la incertidumbre, la desmotivación o la tristeza afloran en las emociones de las personas como consecuencia del agotamiento mental y el estrés sostenido desde que comenzó la pandemia. Este cansancio es lo que se conoce como fatiga pandémica, la cual afecta, de forma gradual, "a un importante número de onubenses que acumulan ya casi dos años con el temor constante a contagiar o a ser contagiado, además de con cierta incertidumbre, véase por las restricciones cambiantes, su vida laboral o por su entorno familiar", señala a esta redacción el vicepresidente de la Delegación de Huelva del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental, Juan Jesús Orta.

La fatiga pandémica se denota, principalmente, en ciertos grupos más concretos de la población, si bien puede extenderse en diferentes grados a todas las personas. Así, según Orta, afecta sobre todo a "aquellas personas con patologías mentales previas, las cuáles se han acentuado y a aquellas que, sin tener patologías previas, se han topado con problemas de índole social o económica". En este último colectivo se incluyen a las personas de clase media cuyo estatus socioeconómico ha caído a estados de mayor vulnerabilidad a causa de la pandemia.

Del mismo modo, uno de los huéspedes favoritos de la fatiga pandémica es el colectivo de sociosanitarios, "quienes han pasado de recibir aplausos a que actualmente las administraciones no correspondan a unas peticiones propias de unos profesionales que están exhaustos y mermados mental y físicamente". En este sentido, Juan Jesús Orta explica que los profesionales de la sanidad asisten a un importante número de bajas por Covid-19, a ansiedad y trastornos del estado de ánimo o de estrés postraumático".

Juan José Orta posa en el centro de la capital onubense. Juan José Orta posa en el centro de la capital onubense.

Juan José Orta posa en el centro de la capital onubense. / Josué Correa (Huelva)

En lo que respecta a los síntomas, en términos generales, son los propios de los trastornos mentales, "en algunos casos acentuados", como el insomnio, procesos obsesivos de control, agobio con la rutina de la pandemia, tristeza, la frustración, la ya mencionada ansiedad o los trastornos de alimentación, "más habituales en la población infanto-juvenil".

En este punto, el vicepresidente de la Delegación de Huelva del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental pone de manifiesto que en aquellas personas con síntomas previos a la pandemia se ha agravado su situación, "pues antes tenían recursos sociales con los que paliar tales trastornos y, sin embargo, ahora pasan más tiempo en soledad o en un entorno con menos personas alrededor".

Con ánimo de enfrentar la fatiga pandémica, el Colegio de Psicología de Huelva trabaja "a dos niveles", a través de las recomendaciones generales que brinda y del trato con los órganos institucionales "en vista a las consecuencias que tiene la pandemia a nivel de salud mental". De este modo, hace continuos llamamientos a las administraciones competentes para tener un mayor número de recursos, "pues son muy pobres". De hecho, "nuestra principal petición es que se aumente la ratio de psicólogos clínicos, dado que estamos muy por debajo de la recomendación europea (18), al tener en Huelva actualmente tres por cada 100.000 personas", expresa Juan Jesús Orta.

Además de la citada demanda a las administraciones, desde el Colegio se realizan una serie de recomendaciones generales que ayudan a "una mejor salud mental". Entre las mismas figuran el ejercicio físico, un descanso adecuado, una dieta sana y equilibrado, la reducción de la hipervigilancia y el rechazo de la información ideológica y de los bulos, las relaciones sociales de forma controlada, la recuperación de distracciones, el desahogo sin que las conversaciones sean monotemáticas y la fijación de objetivos a corto plazo, "en tanto que las metas a largo plazo pueden aumentar la frustración".

En cualquier caso, "una óptima salud mental" se consigue con la ayuda de los psicólogos y psicólogas, "quienes siempre están ahí para enfrentar cualquier trastorno de la mente", finaliza Juan Jesús Orta.

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