El pasado viernes, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, se descolgó con unas declaraciones en las que acusaba al Puerto de Huelva de emprender una actuación de "competencia que no está justificada en ningún caso" al haber logrado la concesión de la finca de Majarabique sin comunicación entre los dos puertos y de haber promovido "estrategias para ganar a cambio de que alguien pierda".

Siete años antes, en su etapa como consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, el 10 de noviembre de 2009, fue el encargado de llevar a cabo el plan de sectorización del centro de Majarabique y según un comunicado difundido por su Consejería, éste tenía "un interés supramunicipal". Añadía la nota que se hizo pública en la página web de la institución que "Esta dotación de carácter logístico tiene la consideración de interés autonómico, porque su implantación, además de obedecer a objetivos de carácter sectorial, también contribuyen a estructurar y fomentar el desarrollo regional andaluz, favoreciendo la intermodalidad del sistema regional de transportes, integrando los centros de la economía andaluza en las redes logísticas nacionales e internacionales y atrayendo actividades productivas de valor añadido", es decir, justamente lo contrario de lo defendido como primer edil hace apenas tres días.

Asimismo, Espadas esgrimió la semana pasada, su defensa de "una negociación y un acuerdo" por el que parecen haber apostado también tanto el Puerto de Huelva como la Junta de Andalucía. De no alcanzarse, solicitó "que se acuda a órganos de control de la competencia" porque la apuesta onubense "sólo sería más competitiva que la de Sevilla si se tiran los precios", algo que fue desmentido por el Puerto onubense.