Huelva

Detenido un tenista en Huelva por amaños para una red de apuestas

  • El presidente del Recreativo de Tenis, Jesús Jiménez, garantiza la limpieza de la Copa del Rey

Un jugador saca durante uno de los encuentros de la pasada edición de la Copa del Rey.

Un jugador saca durante uno de los encuentros de la pasada edición de la Copa del Rey. / j. m. cabezas

La Guardia Civil detuvo ayer a un tenista en Huelva por su presunta participación en una red de apuestas ilegales en eventos deportivos de tenis en categorías Futures y Challenger. Entre los torneos investigados se encuentra la pasada Copa del Rey de Tenis. La acción se enmarca en una operación nacional que se saldó con la detección de 34 personas, 12 de ellas en Andalucía. La organización habría podido ganar con estos amaños más de medio millón de euros.

La operación, bautizada Futures, se desarrolló en las provincias de Madrid, Sevilla, A Coruña, Pontevedra, Córdoba, Almería, Huelva, Cádiz, Barcelona, Cáceres, Badajoz y Ciudad Real, donde se han practicado las detenciones. Entre los detenidos se encuentran los dos cabecillas de la organización asentados en Sevilla y A Coruña.

Los agentes de la Benemérita iniciaron la investigación tras recibirse una información de la Tenis Integrity Unit (TIU), organismo internacional encargado de velar por la integridad en el mundo del tenis, sobre un intento de corrupción en un evento deportivo. La investigación ha permitido acreditar la participación de esta organización en 17 eventos celebrados en Sevilla, Huelva, Tarragona, Madrid y Oporto, y se está pendiente de recibir información por parte de uno de los principales medios de apuestas sobre si han sido corrompidos otros eventos.

En Huelva la Guardia Civil investiga si hubo alguna apuesta ilegal durante la celebración de la pasada Copa del Rey, que por primera vez repartió puntos ATP en su categoría future, una de las utilizada por la red de amaños. En este sentido, el presidente del Recreativo de Tenis, reconoció ayer que el torneo fue uno de los investigados, pero que no hay implicada ninguna persona de esta entidad. El presidente del club onubense, Jesús Jiménez, declaró tener "la tranquilidad de haber actuado conforme a las normas". Jiménez subrayó que dentro de la organización no se ha producido "ninguna actuación que no correspondiera" y que se limitaron a seguir las instrucciones de la Federación Internacional de Tenis en todos los aspectos del torneo. Aseguró que el detenido no pertenece al club y que la actuación de la organización fue "totalmente limpia".

Los amaños se producían en dos categorías: Futures, que son torneos profesionales en los que gran parte de los jugadores que participan son jóvenes con pocos años en el circuito; y Challenger, una categoría inferior a la considerada primera división que sirve para que los jugadores emergentes sumen puntos para intentar llegar a torneos más importantes. La organización de la Copa desconoce si alguno de los detenidos pudo participar, que tuvo una presencia de más de 70 tenistas en su primera edición en categoría future.

La organización corrompía a tenistas que disputaban partidos sobre los que se podían efectuar apuestas deportivas on line. Así, obtenían un lucro con las mismas vulnerando por completo el concepto de azar, dado que el desarrollo de determinados aspectos del juego estaba previamente pactado y las apuestas estaban dirigidas en base a dicho pacto.

Para el amaño de los partidos se utilizaba la figura del intermediario, uno de los tenistas detenidos, que era el que mantenía el contacto directo con los demás jugadores. El intermediario tenía una relación de confianza con otros jugadores a los que corrompía . Pocos días antes de los torneos forzaba un encuentro con ellos y les ofrecía cuantías concretas por amañar determinados aspectos del partido que habitualmente consistían en la pérdida de determinados juegos bajo su servicio.

En los casos en los que el tenista intermediario no lograba corromper a los jugadores les llegaba a ofertar el doble o el triple de la comisión. Algunos tenistas, al final, accedieron por miedo a represalias por parte de la organización. Una vez aceptaba el amaño era comunicado por el intermediario a sus cabecillas, que, a través de una aplicación de mensajería instantánea, creaban grupos de difusión con personas de confianza y familiares posibilitando así el aumento de las ganancias generadas con las apuestas realizadas.

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