El magistrado Juan Antonio Xiol Ríos ha alertado, durante su ponencia en el encuentro Sociedad de la información y Derecho, sobre la dificultad de valorar el daño moral. Xiol Ríos ha explicado que el hecho de no tratarse de un daño físico genera una serie de dificultades y ofrece la posibilidad de que "se abuse de ellos", si bien ha querido dejar claro que "no es un daño secundario imaginario poco importante, sino que es verdadero como cuando nos referimos a un daño patrimonial".

En este sentido, ha aseverado que hay que encontrar una cifra adecuada para "compensar el daño causado", aunque ha sugerido que en el caso de perjuicios morales se tomen referencias o se busquen baremos para una correcta valoración.

El magistrado ha añadido que hay daños derivados relacionados con las tecnologías y el uso de los datos personales que pueden vulnerar derechos fundamentales: "La utilización de estos datos permite la elaboración de perfiles que pueden usarse con fines políticos, para imponer determinadas ideas u ofrecer los anuncios publicitarios más adecuados a las preferencias", ha incidido.

Asimismo, cuando varios derechos entran en conflicto, el magistrado ha dicho que existen dos posiciones. Por un lado, la que defiende que "los derechos tienen carácter absoluto y no puede entrar en el núcleo esencial, sino que hay que buscar la frontera o el límite, posición que parece inspirar la Constitución", y por otro la postura que reivindica "la ponderación porque no hay derechos que entran en conflicto, sino que hay que tratarlos como principios y hay que ver cual pesa más".

En cuanto a las cámaras ocultas, ha asegurado que hay expertos que consideran que la vulneración del derecho a la intimidad se justificaría ante una situación de gravedad. "¿Qué ocurriría si se estuviese investigando un caso de tráfico de niños?", se ha preguntado antes de señalar que "en esa situación sí puede estar justificado".