Cuando el minutero marca las 22:30, el equipo de voluntarios de la Cruz Roja procede a realizar el último repaso al material de ayuda humanitaria para cerciorarse de que todas las personas sin hogar son atendidas en las horas en las que el frío castiga más duramente.

La primera parada del itinerario nocturno es el barrio de Isla Chica. En el mismo, al igual que en el resto de barriadas, los voluntarios –que ya son conocedores de todos los espacios públicos que se transforman para convertirse en zonas de descanso–visitan a los colectivos más vulnerables de Huelva que carecen de un techo para dormir. Tal es la puntualidad del equipo de la citada institución, que las personas que carecen de hogar intuitivamente levantan la mirada cuando se acerca la hora en la que son visitados.

Las mantas y los kits –compuestos por bufandas, gorros y chubasqueros–que salvaguardan del gélido clima que transporta el mes de enero comportan la primera petición que solventa Cruz Roja, además de los alimentos, entre los que figuran leche, caldos calientes o bocadillos, entre otros que se estimen oportunos.

La ayuda humanitaria traspasa la cuestión material y el calor de las mantas pasa a ser calor humano desprendido por los voluntarios a través de una simple conversación. De hecho, tal y como asegura a Huelva Información la coordinadora de la iniciativa, Rocío Blanco, “el calor humano abriga casi más que una manta”.

El itinerario de los voluntarios abarca todos los recovecos de la capital onubense para proporcionar atención a una treintena de ciudadanos cada noche. Tras Isla Chica, se suceden otras zonas como Huerto Paco, el Conquero, Pablo Rada o el barrio de Pescadería, para concluir a las 2:00 en McDonalds del Molino.

Dentro del paquete de acciones que Cruz Roja impulsa para mitigar el frío que afecta a las familias en situación extrema, se ubica una campaña contra la pobreza energética. La misma contempla actuaciones de emergencia y proyectos que vienen a paliar la falta de acceso a la energía de los hogares más vulnerables.

En lo que a la pobreza energética respecta, Cruz Roja trabaja para que aquellas familias vulnerables reciban ayudas económicas para sufragar el agua, la luz o el gas, al tiempo que mantiene acuerdos de colaboración con Endesa y Aguas de Huelva para que no se produzcan cortes de suministros y para favorecer el impulso de tarifas sociales.

La institución sale tres noches a la semana y atiende a unas 30 personas en cada una

Con ánimo de que la eficiencia energética experimente una mejora en los citados hogares, Cruz Roja desarrolla unos talleres que promueven el asesoramiento en esta materia. En los mismos se instruye en la comprensión de las facturas con objeto de que las familias puedan conocer qué contrato tienen–ya que pueden estar pagando más de lo que podrían–, además de contribuir a la búsqueda de las mejores tarifas. Asimismo, también se dan a conocer los bonos sociales que plantean Endesa y Aguas de Huelva para que los gastos se reduzcan considerablemente.

Paralelamente, el equipo de la institución organiza visitas a las casas de las personas en riesgo de exclusión con objeto de detectar instalaciones eléctricas o de calefacción en mal estado, así como la existencia de humedades, pérdidas de calor y demás deficiencias. En este sentido, tras esta revisión se valora la sustitución o reparación puntual de los elementos básicos que se encuentran en mal estado, como las calderas o los electrodomésticos.

Gracias a estas visitas, Cruz Roja Huelva pudo surtir a 35 familias de kits de eficiencia energética, los cuáles reunían bombillas de bajo consumo, burletes para las puertas y ventanas o regletas eléctricas, entre otros materiales. A su vez, se eligieron tres familias para que sus hogares recibieran la instalación de emisores térmicos con ánimo de ofrecerles una fuente eficiente de calor.