Huelva

Coronavirus Huelva: El comedor Virgen de la Cinta atiende a un 30% más de personas por la crisis

  • El restaurante Acánthum colabora con la entidad en la entrega de tarrinas de comida caliente a los colectivos más vulnerables

Reparto de comida en el comedor social Virgen de la Cinta.

Reparto de comida en el comedor social Virgen de la Cinta. / Alberto Domínguez (Huelva)

El comedor social Virgen de la Cinta ha percibido un repunte en la afluencia de personas a raíz de la crisis humanitaria y económica que ha traído consigo la propagación del coronavirus. Si antes la media de usuarios oscilaba el centenar cada día, esta cifra ha crecido en un 30% y alcanza las 140 personas, si bien su presidenta, Carmen Vázquez, apuntaba que desde el Ayuntamiento de Huelva se les había pedido que aumentasen el servicio “para diez más durante la presente semana”.

Desde que el comedor cerrase el pasado sábado 12 de marzo, justo antes de que el Gobierno central decretase el estado de alarma, las cocinas comenzaron a multiplicar esfuerzos para hacer frente a una demanda que ha crecido con motivo de la crisis económica. En este sentido, de los 140 usuarios diarios, el 80% era ya habitual antes del confinamiento, por lo que alrededor de un 20% son nuevas personas que se han visto afectadas por la situación dramática que ha traído consigo la epidemia.

Al objeto de abastecer a los colectivos más vulnerables de la capital onubense, los fogones del comedor social reúnen de lunes a sábado, incluyendo los festivos, a dos cocineros, una pinche y un voluntario encargado de labores de envasado y embalaje para que, desde las 11:00, puedan estar preparadas las bolsas de comida que recogen los destinatarios a lo largo de la mañana. Asimismo, con ánimo de extremar las precauciones, un vigilante controla el aforo y las colas para evitar que se produzcan aglomeraciones y, por consiguiente, aumenten los riesgos de contagio entre la población.

Los primeros días de aislamiento las bolsas confeccionadas por el comedor incluían dos bocadillos diarios -uno caliente y otro frío de fiambre o atún-, además de piezas de fruta y algún complemento más, como pueden ser galletas, leche o un batido. De hecho, el ingente volumen de frutas y verduras que reciben desde el Banco de Alimentos obliga a “dejarlas en un carro fuera para que la gente pueda coger las que necesite”, sostiene Carmen Vázquez.

Conforme se sucedían los días, Huelva comenzaba a desprender solidaridad y las empresas y asociaciones empezaron a enviar recursos alimenticios al comedor. Uno de los colaboradores habituales es Xanty Elías quien, a través de Acánthum, ha abierto una cocina de emergencia en el marco de la iniciativa Chefs for Spain del chef español afincado en EEUU, José Andrés.

Gracias a la ayuda del equipo de voluntarios del restaurante que ostenta una estrella michelín, el comedor social Virgen de la Cinta recibe todos los días tarrinas ricas en nutrientes de platos ya preparados, como pueden ser albóndigas, arroz o ensalada de pasta, entre muchos otros. A este servicio, los voluntarios del comedor le añaden otros alimentos como pan, fruta o leche.

El abastecimiento también proviene de otras entidades como colegios que ceden las becas de alimentación de los alumnos que no la recogen a final de la semana; o de Mercadona, que dona carne fresca para que se realicen guisos. Por ello, Carmen Vázquez destaca “la gran solidaridad de Huelva en esta época de confinamiento, pues son muchas las empresas que donan productos, como pueden ser las fresas de Palos de la Frontera”.

La presidenta del comedor también incide en que “la comida no se le niega a nadie, pero sí que se da una única bolsa de alimentos por persona, salvo caso justificado”. De hecho, los voluntarios no preguntan cuál es el motivo de la asistencia, pues “entendemos que todos los usuarios necesitan la comida”. Asimismo, además de la protección para evitar contagios, el comedor también muestra especial cuidado con los productos que las religiones de ciertas personas les prohíben comer, por lo que “siempre cuidamos la confección de la bolsa en función del pensamiento religioso de cada uno”, resume Carmen Vázquez.

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