Huelva

Condenado a dos años de cárcel por amenazar de muerte a su exmujer

  • El acusado también quebrantó la orden de alejamiento que ya le habían impuesto un juez

Sala de vistas del Juzgado de lo Penal 3 de Huelva.

Sala de vistas del Juzgado de lo Penal 3 de Huelva. / Josué Correa (Huelva)

El Juzgado de lo Penal 3 de Huelva ha condenado a un hombre a dos años de cárcel por amenazar de muerte a su expareja personándose en su domicilio a pesar de, con ello, romper la orden de alejamiento que pesaba contra él y que le impedía acercarse a la mujer a menos de 200 metros.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, lo considera responsable de un delito de amenazas sobre la mujer con quebrantamiento de medida cautelar, por el que le impone un año de cárcel, además de privarlo del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años y extenderle la prohibición de acercarse a menos de 500 metros a la mujer y comunicarse con ella por tres años. También lo responsabiliza de un segundo delito de quebrantamiento de medida cautelar por el que lo condena a otros 12 meses de cárcel.

Se considera probado que el acusado, condenado como autor de un delito de amenazas leves sobre la mujer por sentencia firme de 28 de mayo de 2014, se le impuso por auto de 11 de septiembre de 2018 la medida cautelar de prohibición de aproximación a la que aún era su esposa a menos de 500 metros así como a su domicilio.

Al acusado le fue notificada la resolución que contenía la medida cautelar y se le apercibió de las consecuencias en caso de no acatarla, pero hizo caso omiso.

Pese a ello, el 4 de diciembre del año pasado el condenado, sin que conste en modo alguno que sus facultades cognitivas y volitivas se vieran afectadas por el consumo de metadona que dice llevar a cabo, se personó en el domicilio de su esposa y comenzó a dar fuertes golpes a la puerta exigiéndole la entrega de un ordenador.

Ella se negó a hacerle entrega alguna de enseres y le dijo que o se iba o llamaría a la Policía Nacional, momento en el que el acusado decidió marcharse, no sin antes decirle que él iría a la cárcel pero que ella saldría en caja de pino, ocasionando un fuerte temor a la mujer quien, a pesar de ello, no dio aviso a la Policía Nacional como le había dicho al acusado.

Al día siguiente, sobre las 18:00, él regresó nuevamente al domicilio para pedirle perdón a la mujer a través de la puerta, ya que ella no quiso abrir; en esta ocasión sí que llamó a la Policía Nacional, que a los pocos minutos se personó en las inmediaciones del domicilio donde los agentes comprobaron que el vehículo que conducía el acusado estaba allí aparcado y lo vieron marcharse, por lo que le dieron el alto y lo detuvieron.

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