Que la Semana Santa en Las Colonias empieza el Viernes de Dolores lo sabe todo Huelva. Todo el barrio y muchos onubenses que se desplazan hasta este señero lugar de la capital así lo atestiguan.

La Reina de las Colonias fue ayer fiel, una vez más, con los muchos devotos que tiene. El barrio se viste de fiesta y recibe a todos los que desde la Plaza de la Merced hacia adelante se aproximan al barrio buscándola. La procesión fue el epílogo a un día en el que el amor de Las Colonias se plasmó en ramos de flores y saetas.

Las puertas de la casa de hermandad, en la calle Don Bosco, se abrieron con puntualidad a las 19:00. Con El Conquero como testigo perenne de esta devoción, el cortejo procesional fue bajando la calle con la idea de ganar Cristóbal Colón. En él, una nutrida representación de la Hermandad de Emigrantes. Asimismo, representación de la Hermandad de Santa Bárbara y de la propia cofradía de Martes Santo. En la presidencia, junto a la junta directiva y director espiritual, el alcalde de la capital, Pedro Rodríguez; el hermano mayor de La Cinta y pregonero de este año, Manuel Roméu, y el subdelegado del Gobierno, Enrique Pérez Viguera.

La salida del palio volvió a emocionar a los presentes. Con destreza, los costaleros, bajo las órdenes de Amador Morales, sacaron a la Señora. En la calle le esperaban la Banda Sinfónica Municipal de Aznalcóllar, que lo volverá a hacer el Martes Santo, y dos petaladas desde la propia casa de hermandad.

Cristóbal Colón es el lugar en el que la procesión experimenta todos los años una ligera metamorfosis. La salida es algo muy del barrio; cuando el palio alcanza la avenida es cuando se van incorporando todos los fieles que acuden desde los lugares más dispares de la ciudad.

Con el siempre esperado paso por la plaza Virgen de los Dolores y las Hermanas de la Cruz, Las Colonias volvió a dar el pistoletazo de salida.