tribuna de opinión

Ciudad a medida y cuentas de resultado

  • La autora reflexiona sobre el tipo de urbanismo que se practica y la necesidad de hacer una planificación de las ciudades que sea más transversal y se realice a mayor velocidad

La crisis económica conlleva que las grandes empresas inmobiliarias, hermanadas con entidades bancarias, sustituyan a los promotores locales en la gestión de la ciudad, y que los gabinetes técnicos oversize suplan a arquitectos y gestores autóctonos, tradicionalmente conscientes, condicionados e inspirados por su entorno más inmediato y por clientes habituales en su quehacer más artesanal y acotado. Los fondos de inversión y sus satélites acaparan la práctica totalidad del suelo de ámbitos gracias al rescate y bondades de los gobernantes hacia ellos, y las riquezas derivadas a modo de rueda que alimente al tejido empresarial y empleo locales son escasas. La nueva perspectiva de procesos de planificación, de urbanización y edificatorios afecta a la ciudad finalista, que ahora pasa a depender en su formalización y en su funcionar para la vida de unas cuentas de resultado que avalan las promociones, pero que a veces olvidan las necesidades más especiales del lugar, la historia y la sensibilidad social en las que se insertan, debido a su lejanía física y conceptual con el ciudadano.

En época franquista fueron impulsadas ordenaciones sin personalidad, marcadas por la taxativa incorporación de barrios de vivienda protegida, tan imprescindibles en posguerra y períodos de desarrollo industrial, cuando la inmigración y las necesidades básicas lo requirieron y se paliaban déficits de esta forma. Se copiaron hasta el infinito tipos de extrarradio propios de grandes ciudades, que se anclaban sobre nuestros cascos menudos, adoleciendo de diálogo con el territorio y con sus habitantes. Son honrosas las excepciones, entre las que citaremos las ejemplares Huerta Mena y Poblado Minas de Herrerías, del arquitecto social Alejandro Herrero, inusual en sus ordenaciones, tenaz en sus principios, con ética medioambiental inigualable en la época. Pues bien: resulta paradójico que pueda establecerse una cierta conexión entre la ciudad impuesta de entonces y la que resulta de la inmediatez del logro de objetivos numéricos de macros financieros y cierres anuales de cuentas de las nuevas oligarquías de nuestro país. Son tendencias progresivas hacia las futuras realidades construibles, encorsetadas en calendarios globales y reflexiones urbanísticas apresuradas en las que hacer ciudad no es la prioridad, sino la consecuencia, pues la reflexión y el diálogo son imprescindibles para hacer ciudades únicas y exclusivas.

Beneficios para unos, lanzamientos e inseguridad jurídica para el restoCuando los PGOU se elaboran sin la suficiente previsión están abocados a un fracaso

Para los arquitectos de obras paralizadas la situación se torna inasumible, desaparecidos anteriores promotores, o vía concursos de acreedores. La obtención del suelo a precio de saldo por los grandes rescatados lo es a base de desechar a los precedentes, trabajo, honorarios pactados jamás abonados. Son los damnificados sin derechos; todo entra en el precio de lote de suelo por debajo de costes de producción. Y contrataré en tu lugar al mejor postor, y preferiré aquel que se prostituya por necesidad o necedad, forme parte de los lobbies financieros o ayude a hundir aún más el concepto de ética y de profesión rigurosa.

El derecho a disfrutar de una vivienda digna queda en entredicho si desahucios son posibles por adquirientes en saldo, y no todas las legislaciones autonómicas contemplan por igual el derecho al realojo en España. Beneficios para unos, lanzamientos e inseguridad jurídica para el resto. Las entidades acosan a las sociedades tasadoras para obtener las valoraciones económicas más apetecibles, para que los números oficiales siempre sean los de las cuentas de resultado que hacen que todo gire. Y así gira y gira la noria, en la ciudad impuesta e impersonal.

La ciudad no ha de ser impuesta sino confeccionada a medida cual traje a sus habitantes, con sastres merecedores de esta loable labor en cada pequeña unidad de ejecución o sector. El sastre óptimo es el arquitecto aquel que se imbuye de los conocimientos del lugar antes de adoptar decisiones de diseño; el que prioriza espacios públicos de calidad tal que cuidadas habitaciones exteriores, y los ofrece a barrios añejos colindantes en acto de generosidad y consciencia de déficit; el que dota de haberes culturales y libres de edificación a entornos arqueológicos para su divulgación; el que prima por ello mayor altura y menor ocupación de suelo; el que aterriza y convierte el skyline tradicional en fondo y figura de sus perspectivas; el que entreteje nueva trama urbana cosiendo a colindantes; el que innova tipologías edificatorias y sistemas constructivos en simbiosis con riqueza estancial, confort y sostenibilidad; jardinería y sombras, movilidad y accesibilidad. Entrega de quienes crean, promuevan y gesten para la vida y adquieran el compromiso de seguir haciendo ciudad en la misma ciudad, con los mismos vecinos, que le negarán reconocimiento si el horizonte no es compartido.

El urbanismo germina gracias a la reflexión técnica y social rigurosas, que enfocan el objetivo de hacer ciudad para protagonismo de quienes las viven. Cuando los planes generales se elaboran sin la suficiente previsión con habitantes, entes institucionales y económicos, están abocados a un fracaso que se demuestra en la posterior fase de gestión, carencias de inicio que impiden conseguir logros. Estudios Económicos Financieros, ajuste a inversiones posibles, sin renuncia a objetivos fundamentales, promesas con fundamento. Hoy día los mecanismos legales para la participación social están perfectamente encapsulados por la norma que los expresa a modo de mínimos que, no observada, convierte los planes en nulos de pleno derecho. Es irregular la incorporación activa a estas herramientas administrativas, pese a que la sociedad evoluciona con mayor rapidez que las reflexiones territoriales englobadas en trámites eternos, que hacen morir el espíritu con que nacen los Planes Generales, que se convierten en anticuados antes de su aprobación definitiva y desarrollo real. La conciencia medioambiental ve sus reflejos en informes de incidencia en la salud, estudios históricos para implantaciones en suelos contaminados que hoy día no pueden ser obviados dentro de tramitaciones regladas; aunque lamentablemente, sí fuera de ellas.

Metodologías innovadoras en España como las que desarrolla el equipo de jóvenes arquitectos urbanistas Paisaje Transversal, que asientan criterios para la ciudad heredada y futura sobre la reflexión colectiva de perspectivas política, empresarial, técnica y ciudadana, más allá de los mínimos legales de participación. La participación real fluye así en ascenso y descenso, en vertical y horizontal, en todas las direcciones posibles, en una muestra de empatía, vía rectificación y reformulación que ha de ser ágil y no obstruccionista, bajo marcos posibilistas jurídicos y económicos de experiencia contrastada, con objetivos que puedan ser así focalizados en niveles jerárquicos normativos interrelacionados en cascada y que hay que crear; de ahí la importancia de la agilidad administrativa reclamada hasta la saciedad en urbanismo. Canalización que consiga imposibles antes y realidades después, en el tiempo adecuado para que las circunstancias coyunturales y económicas favorables no desaparezcan y reviertan al territorio y generen riqueza aquí y ahora. Hacer ciudad de forma consciente, comprometida y especial, única en cada enclave y entorno social. Es otra noria, es otra historia, es la ciudad a medida, motor de sí misma.

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