Obituario

Charo Venegas: una sonrisa de tono rosa

  • “A veces la vida te da un azote y te das cuenta de que no se puede vivir sólo para uno mismo”

Charo Venegas, durante su intervención en la última marcha contra el cáncer de mama.

Charo Venegas, durante su intervención en la última marcha contra el cáncer de mama. / Alberto Domínguez (Huelva)

La primera vez que te vi me impactó. Siempre había escuchado lo positiva que eras, pero tu mirada me atravesó porque el brillo de tu sonrisa fue especial. Siempre lo ha sido. El encuentro fue fortuito. Años después, vinieron otros menos imprevistos. Sabes que a mi no me gusta hablar de lucha, ni de batallas cuando nos referimos a enfermos de cáncer. Porque si hay luchadores, guerreros y vencedores, también hay perdedores y formas de rendirse. Y no, demasiado dura es la enfermedad como para que te obliguen a “ganar la lucha”.

Las fuerzas hay que ahorrarlas para otras batallas, esas que tú has abanderado desde la Asociación Santa Águeda. ¿Quién te iba a decir hace 27 años (cuando se constituyó legalmente) que hasta iba a funcionar como centro sanitario reconocido por la Consejería de Salud?

Aunque te faltara energía, nunca bajaste la guardia ni dejaste la primera línea. Nunca. En cada tropezón, dabas una nueva muestra de valentía y coraje. Y ¿sabes lo más admirable? Que prácticamente toda tu vida la has entregado a los demás. Cada caso era uno nuevo y para todos siempre tenías una sonrisa, pero sin dejar de lado la realidad ni escapar de la objetividad.

No parabas. Ibas de un lado a otro; de un proyecto saltabas a uno mayor; tocabas la puerta de quien hiciera falta para que se escuchara la voz de quienes padecen cáncer de mama... Y nunca parecías cansada. Siempre te preguntaban lo mismo: “¿De dónde sacas las fuerzas?” Y tú sonreías de nuevo: “No hay otra”. Porque las encontrabas aunque no las tuvieras.

Huelva está en deuda contigo. Has logrado poner en pie una asociación que se ha convertido en un pilar en nuestra sociedad, en eje para informar y orientar sobre todo lo relacionado con el cáncer de mama. Has sido decisiva en la concienciación de la importancia de la detección precoz, en ofrecer servicios que no tienen cobertura pública y son necesarios para la recuperación de la mujer operada de cáncer de mama, así como en trabajar para conseguir mejorar y ampliar los servicios prestados por los organismos públicos.

Desde el domingo el cielo se ha cubierto un poco más de rosa, de ese color que siempre has llevado con orgullo y que siempre ha sido y será ejemplo de una trabajadora incansable; de una mujer de una generosidad extrema. Enamorada de la tierra que te vio nacer, y tan rociera como cintera, explicabas con toda la naturalidad del mundo que “a veces la vida te da un azote y te das cuenta de que no se puede vivir solamente para uno mismo... Te despojas del egoísmo –añadías–y empiezas a compartirlo todo con los demás”... Emprendiste el viaje, Charo y, qué irónica es a veces la vida, no fue por culpa del cáncer. Descansa en paz.

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