Huelva

Solidaridad en los fogones del Hospital Infanta Elena

  • El centro hospitalario ha elaborado 8.500 menús para pacientes Covid desde el inicio de la pandemia

  • Los cocineros se reinventan para ser una parte “clave” en el tratamiento

Torrijas cocinadas en el Hospital Infanta Elena.

Torrijas cocinadas en el Hospital Infanta Elena. / M. G. (Huelva)

Los fogones del Hospital Infanta Elena no descansan, pero sí se reinventan. La pandemia de coronavirus ha obligado a los profesionales del área de cocina del centro hospitalario a reorganizar su rutina de trabajo al objeto de cuidar “al máximo” la seguridad de los pacientes y trabajadores. Entre las nuevas variantes a las que se han tenido que adaptar los cocineros figuran el mantenimiento de las distancias entre ellos y la desinfección “constante” de las instalaciones, el empleo de un vestuario “más seguro” o el adelanto del reparto de comidas para “evitar” que este proceso sea simultáneo.

El jefe de cocina, José Antonio Postigo, reconoce que los cambios “costaron” al comienzo de la pandemia, dado que en tiempo récord “tuvimos que introducir nuevas técnicas y procedimientos en nuestro trabajo". No obstante, la “rápida” capacidad de adaptación de los profesionales y la “enorme concienciación” en relación a la situación propiciaron que la cocina del hospital se convirtiese en un “ser vivo capaz de adaptarse a cualquier tipo de necesidad”, resume Postigo.

Entre el sinfín de ingredientes que atesoran los platos del Hospital Infanta Elena destaca el “cariño”, el cual ha sido palpable a través de las múltiples iniciativas solidarias desarrolladas desde el área de cocina. En este sentido, sobresalen las tarjetas con mensajes de ánimo que acompañan a las bandejas desechables distribuidas desde las cocinas hasta las plantas con afectados por coronavirus. Dichas tarjetas pasan a ser un “intermediario” al albergar notas de “cariño y aprecio” que valoran, tanto los pacientes, como los propios profesionales de la cocina. De hecho, esta iniciativa se presume “fundamental” para los cocineros debido a que llegan a personas que “están completamente aisladas”.

El jefe de cocina, José Antonio Postigo, y la responsable de dietética, Carmen Santiago. El jefe de cocina, José Antonio Postigo, y la responsable de dietética, Carmen Santiago.

El jefe de cocina, José Antonio Postigo, y la responsable de dietética, Carmen Santiago. / M. G. (Huelva)

La solidaridad de cocineros y proveedores también se ha evidenciado en la elaboración de los menús y en la donación de alimentos. Uno de los momentos más reseñables fue protagonizado por las torrijas, un producto del que se surte a los pacientes todas las semanas santas. “Habitualmente las torrijas llegan desde nuestros proveedores, pero los Ertes imposibilitaron el reparto este año”, relata el jefe de cocina del centro hospitalario. Por ello, fueron los propios cocineros los que elaboraron el postre más tradicional del mes de abril.

A su vez, los profesionales de cocina agradecen las “numerosas” donaciones de proveedores a raíz de la pandemia y reconocen que, en muchos casos, “no sabíamos que hacer con tantos alimentos”. Así, el centro hospitalario ha recibido fresas de diferentes empresas de la provincia, chocolatinas de Nestlé, pizzas donadas por pizzerías de la capital onubense o donuts enviados desde Bimbo, entre muchos otros productos.

Mensajes de ánimo desde el área de cocina. Mensajes de ánimo desde el área de cocina.

Mensajes de ánimo desde el área de cocina. / M. G. (Huelva)

Concretamente, con motivo de la Navidad los cocineros incrementan, aún más si cabe, sus esfuerzos con menús navideños para que los pacientes “sientan que no están solos en días tan señalados". Los pacientes ingresados en el centro hospitalario degustaron durante estas fiestas navideñas menús especiales en los almuerzos, meriendas y cenas de los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero, y lo harán también el próximo 6 de enero. Los mismos contemplaron diferentes platos para adaptarse por completo a las necesidades dietéticas y las restricciones terapéuticas que cada paciente presenta en su dieta, según remarca la responsable de dietética de la cocina, Carmen Santiago.

En tales menús no faltaron los langostinos, el jamón ibérico y el queso manchego, además del cóctel de marisco, el medallón de solomillo en salsa de almendras, el lomo de ternera en salsa castellana o el bacalao al horno con patatas asadas, además de lomos de merluza, solomillo de cerdo o paella de marisco.

Por su parte, el menú de las dietas basales, las más habituales en los centros sanitarios, finaliza en estas fechas, además de con fruta natural, con una gran variedad de postres, como natillas de caramelo, brownie de chocolate, flan de huevo o copas de chocolate con nata, “siempre pensando en que serán degustados por aquellos pacientes que no tienen ninguna restricción alimenticia”.

Del mismo modo, las meriendas incluyen un surtido de dulces navideños, los cuales también serán adaptados a las necesidades de los diabéticos.

Profesionales de cocina del Hospital Infanta Elena. Profesionales de cocina del Hospital Infanta Elena.

Profesionales de cocina del Hospital Infanta Elena. / M. G. (Huelva)

El reto no ha sido mayúsculo únicamente para los cocineros. El área de dietética se ha tenido que enfrentar a muchísimas modificaciones debido a los vaivenes de altas y bajas de pacientes con coronavirus, si bien la “solidaridad” que irradian los profesionales ha posibilitado que “todos trabajemos con normalidad desde el principio de la pandemia”, tal y como refleja Carmen Santiago.

Dietética y cocina están en permanente contacto a través de una aplicación informática, en la que el personal sanitario informa sobre “los gustos del paciente, así como de su patología”. En base a ello, los profesionales de dietética cambian en tiempo real las dietas, las cuales se presumen como un “un elemento más dentro del tratamiento de la persona”.

Concretamente, la dieta que se le sirve al paciente de Covid-19 suele ser basal, suficientemente calórica y ligeramente hiperproteica. La misma permite “cuidar al máximo” a la persona, quien recibe una alimentación “completamente personalizada” de acuerdo a lo que dicten los profesionales sanitarios, en tanto que la situación clínica varía de un paciente a otro.

En términos absolutos, el Hospital Infanta Elena contabiliza 238.000 menús preparados durante 2020, de los que 60.000 corresponden a pensiones completas (cuatro comidas). De este montante, 8.500 han ido destinados a pacientes con Covid-19.

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