Huelva

El CNI supervisará el recuento provisional

  • Plan específico del Gobierno para evitar ciberataques

  • Millo niega validez a un conteo paralelo de los independentistas

Inés Arrimadas pasea ayer junto a su marido, Xavier Cima, por el barrio de Les Corts de Barcelona.

Inés Arrimadas pasea ayer junto a su marido, Xavier Cima, por el barrio de Les Corts de Barcelona. / Javier Etxezarreta / Efe

El Centro Criptológico Nacional (CCN), adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), supervisará el recuento provisional de los resultados de las elecciones catalanas, dentro de un plan que ha puesto en marcha para evitar ciberataques y la desinformación o fake news en las redes sociales.

El CCN ha activado un plan específico con diversas medidas para evitar ciberataques, especialmente en el proceso del recuento provisional, que es uno de los momentos más críticos que pueden alterar los resultados para deslegitimar el recuento definitivo.

La investidura del nuevo 'president' se debe producir, como muy tarde, a primeros de febrero

Fuentes del CNI han aclarado a Efe que el riesgo de ciberataques es prácticamente nulo durante el proceso, ya que se realiza de forma tradicional y analógica, con papel y lápiz.

El problema y la principal amenaza puede surgir en el recuento provisional, del que se encarga la empresa Indra. Será en esa fase cuando el CCN se encargará de supervisarlo y tratará de evitar ciberataques a las webs con los resultados provisionales.

El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, advirtió ayer por su parte de que los recuentos paralelos no serán válidos, ya que el único con garantías será el oficial, que por primera vez ofrecerá también los datos sobre las actas de cada una de las 8.247 mesas electorales.

Así lo afirmó Millo en una rueda de prensa junto al secretario técnico del Ministerio de Interior, Antonio Puigserver.

Millo indicó que no le consta oficialmente esta pretensión de establecer un recuento paralelo, pero dejó claro que, si se hiciera, "en ningún caso tendría validez", ya que no ofrecería "ninguna garantía".

La investidura del nuevo president deberá celebrarse, como muy tarde y si se agotan todos los plazos previstos, a principios de febrero.

Teóricamente es el presidente de la Generalitat el encargado de convocar la sesión constitutiva del nuevo Parlament surgido de las urnas, pero al haber sido cesado todo el Govern la responsabilidad recae ahora sobre el Ejecutivo central.

La sesión constitutiva del Parlament debe tener lugar dentro de los 20 días hábiles posteriores a las elecciones, lo que sitúa como fecha límite el 23 de enero.

Una vez constituida la Cámara, en los diez días hábiles posteriores deberá celebrarse el debate de investidura del nuevo presidente de la Generalitat.

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