Almonte

Burritos para limpiar la playa sin impacto ambiental

  • Voluntarios de la Asociación Burrito Feliz de Hinojos, que crían y cuidan a los animales, recogen basura en la costa de Doñana

Los voluntarios con los burritos en la playa de Matalascañas

Los voluntarios con los burritos en la playa de Matalascañas / A. Uceda (Matalascañas)

Una bruma blanca desdibuja el rompeolas en la playa de Matalascañas donde el sol de invierno empieza a calentar y la arena parece sentirse sola fuera de la época estival. No hay más compañía que el mar y la roca que rompe el dibujo de la costa almonteña, y que amaga recordar la torre almenara que fue. Hasta allí llegaron el pasado viernes tres burritos con un claro cometido medioambiental: recoger basura sin causar ningún impacto en el medio natural.

Plásticos, corchos, redes y cristales, entre otros despojos, fueron recogidos por los voluntarios de la Asociación Burrito Feliz de Hinojos, que crían y cuidan a los animales, los cuales desempeñan labores variadas en relación con el medioambiente y en el trabajo terapéutico de niños con discapacidad.

Ainoa, que iba con su cría Ume, y Flavia fueron las burritas encargadas de almacenar en sus alforjas la basura que fueron recogiendo durante la mañana del viernes en la costa de Almonte. El objetivo de la iniciativa de los burritos limpiacostas se centra en trabajar en playas del entorno de Doñana, donde el impacto ambiental debe ser el menor posible, evitando la entrada de maquinaria y vehículos a motor.

Las alforjas cargadas con la basura recogida Las alforjas cargadas con la basura recogida

Las alforjas cargadas con la basura recogida / A. Uceda (Matalascañas)

Así opina el presidente de la asociación, Luis Manuel Bejarano, que manifiesta a este diario que los burritos “generan un impacto medioambiental cero”, en un entorno de “gran importancia” natural y que en ocasiones cuenta con zonas de difícil acceso. La iniciativa se enmarca como un proyecto piloto que se quiere continuar en el tiempo, a la espera de saber qué volumen de residuos se logra recoger para decidir volver e, incluso, traer más animales, siempre buscando el bienestar de los mismos, para que tampoco se sientan sobrecargados.

Todo ello lo explica Jésica Heredia a Huelva Información, una de las precursoras del proyecto y voluntaria en El Burrito Feliz. Heredia, que es ingeniera técnico forestal, acude a la playa con su hija, con quien conoció la asociación de Hinojos, para después empezar a colaborar con ellos.

También acudió hasta la playa el jefe de servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Delegación de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta en Huelva, Javier Maestre, para apoyar estas acciones promovidas por voluntarios, dentro de la sensibilización que “cada vez se incentiva más por el cuidado del medioambiente”. En este caso en particular, la Delegación ha querido estar presente en la campaña de limpieza, valorando de forma muy positiva este tipo de acciones.

Las burritas Aiona, Ume y Flavia. Las burritas Aiona, Ume y Flavia.

Las burritas Aiona, Ume y Flavia. / A. Uceda (Matalascañas)

Maestre manifiesta que la sensibilización medioambiental, a través de la limpieza de las playas en este caso, es una realidad que “cada vez está más presente en niños y adultos”, y en este caso, se ha contado “con estos magníficos animales que siempre han ayudado en el mundo rural”, aunando su labor con “el trabajo puntual de limpieza de la costa”.

Asimismo, los técnicos de la Junta han facilitado y tramitado “el acceso al dominio público marítimo-terrestre”, en una playa que “ya viene soportando los efectos de la erosión y del cambio climático”, además de que “el agua del mar cada vez trae más residuos”. Por ello, el valor de las zonas más naturales es evidente, donde “hace falta esas labores de limpieza”, concluye el técnico. Una actividad sencilla que pone en contacto a personas, animales y medio natural por una noble causa.

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