Huelva

El Ayuntamiento sacará de nuevo a concurso la vigilancia del Espigón

  • El Consistorio destina una partida de 124.146 euros para este verano y el de 2019

  • Tras varios intentos fallidos, el año pasado no se adjudicó el servicio

Zona habilitada para mascotas en El Espigón, que registra cada año una gran afluencia de usuarios.

Zona habilitada para mascotas en El Espigón, que registra cada año una gran afluencia de usuarios. / canterla

El último Pleno del Ayuntamiento de la capital aprobó el compromiso de gastos del contrato del servicio de vigilancia, salvamento y socorrismo para las temporadas estivales correspondientes a 2018 y 2019 en la zona de baño de El Espigón, con el fin de dinamizar la única playa de la capital y que puedan disfrutar de ella con total seguridad los ciudadanos y visitantes.

En concreto, el Consistorio ha reservado una partida de 124.146 euros para el próximo verano y el del próximo año en los presupuestos de 2018 y 2019: 62.073 euros más 51.300 de IVA por cada ejercicio.

El objetivo es dinamizar la playa urbana de la capital y que los bañistas la disfruten con seguridad

Según indicaron fuentes municipales, la idea es que el breve salga a licitación el concurso, después de que el año pasado quedase desierto tras varios intentos fallidos, lo que provocó que el Espigón cerrase la temporada de baño sin servicio de vigilancia y salvamento.

El 28 de agosto de 2017 la Mesa de Contratación, tras haber aceptado la retirada de las ofertas de las empresas propuestas como adjudicatarias, al no poder presentar la documentación preceptiva requerida en los pliegos, propuso la adjudicación del contrato a la siguiente oferta mejor valorada. Fue la presentada por la UTE constituida por la empresa Crátera Intervenciones Subacuáticas, SL (70%) y la empresa Servicios Sanitarios Morvedre (30%), por un importe de 153.000 euros, más 32.130 en concepto de IVA. Pero desde la UTE no se presentó la documentación preceptiva para la adjudicación, por lo que se declaró desierta la licitación convocada.

En los pliegos se explicaba que el servicio de vigilancia consistiría en vigilar y patrullar, andando o navegando, la franja del litoral asignada; mientras que la prestación del servicio de salvamento se iba a centrar en atender toda situación de socorro que observe el adjudicatario o que le reclamen los usuarios de las playas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o Protección Civil.

Era indispensable, además, que hubiese coordinación con el servicio de transporte y atención sanitaria para el aviso de auxilio, atención a heridos en tierra y posterior evacuación. En este sentido, la empresa adjudicataria tenía que presentar un plan de desarrollo del servicio, que incluyese parte de evaluación de riesgos de la playa, con protocolos diarios de los trabajos a realizar por el personal técnico (coordinadores, patrones, socorristas y vigilantes) o de las unidades técnicas, integradas o no en la empresa, y participantes en el contrato, especialmente aquellos encargados del control de calidad.

El horario del servicio, que abarcaba 93 días naturales de la temporada veraniega, era de lunes a viernes de 12:00 a 19:00 (ocho horas), los sábados de 12:00 a 20:00 (nueve) y los domingos y festivos de 11:00 a 20:00, todo ello de forma ininterrumpida. De forma diaria, el adjudicatario se responsabilizaría de colocar y retirar las banderas indicativas del uso de la playa.

Se pretendía que diariamente hubiese una embarcación de salvamento con una dotación de dos miembros, uno de ellos en posesión del título de patrón y el otro con el de socorrista acuático. Cada embarcación, despachada por Capitanía Marítima, tendría el equipamiento que legalmente le corresponda al barco y al menos un aro salvavidas con 30 metros de cabo y un tubo flexible de rescate.

La embarcación tendría que ser neumática o semirrígida, de aproximadamente 4 metros de eslora y 1,20 de manga, dotada con motor fueraborda de cuatro tiempos y de al menos 25CV. Debería disponer de una capacidad mínima para cuatro personas y se ubicará en el canal balizado para su uso durante el horario del servicio o bien junto a la caseta de salvamento.

Todo el material, incluidas las embarcaciones, correspondería al adjudicatario y deberían estar en perfecto estado de uso y conservación. Podrían ser despachadas por la inspección del servicio (asumida por técnicos de Protección Civil) cuando no reuniesen las condiciones estipuladas y si esto ocurriese, sería el adjudicatario quien lo sustituyese por otro adecuado.

En la playa habría, además, un mínimo de dos socorristas acuáticos y tres los fines de semana, equipados como mínimo con silbato, aletas, gafas y tubo de buceo, así como un tubo flexible de rescate.

En cuanto a las torretas, casetas o sillas elevadas, éstas son propiedad del Ayuntamiento y corresponderá a éste su traslado, instalación y retirada. Durante la prestación del servicio, la limpieza y el equipamiento de estos elementos será por cuenta del adjudicatario.

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