Sanidad

Llamamiento de Alcer-Onuba para activar los servicios de la asociación

  • El colectivo de pacientes renales retoma las iniciativas para ayudar a estos enfermos en sus momentos más delicados

Un paciente en hemodiálisis.

Un paciente en hemodiálisis. / H.I. (Huelva)

La asociación de pacientes renales Alcer-Onuba retoma su actividad después de algo más de un año en la que ha estado planteándose incluso su cierre. Los pacientes involucrados en esta entidad entienden que una asociación de estas características sigue siendo necesaria para algunos pasos trascendentales que surgen en la vida del paciente renal.

Así lo explicaron Félix Prada y José Pablo Macías que durante mucho tiempo han estado involucrados en la dirección de la asociación y que hacen un llamamiento para que savia nueva se involucre en el destino de Alcer-Onuba. Una tarea básica que ha venido realizando desde 1981 es el apoyo y asesoramiento de los pacientes que han de pasar a recibir diálisis. Ambos integrantes de Alcer explican que hay un momento crítico y ese es cuando el paciente está en prediálisis, que es cuando es consciente de que su vida va a ser, de alguna manera, transformada.

Alcer-Onuba aspira, si así el apoyo de los pacientes lo permite, a contar con distintos servicios para este colectivo. Quiere de esta manera, recuperar programas que ya tuvo en su momento como son el de nutricionismo, fisioterapia o contar con un trabajador social “que entre otras cosas debería encargarse de buscar ayudas para la promoción de programas dentro de la asociación”.

Durante el año largo que Alcer-Onuba ha estado en un impasse, la asociación onubense ha contado con la gestión de la federación a nivel nacional así como con la ayuda de la asociación de Málaga. Todo ello ha tenido el objetivo de que Alcer-Onuba no echara el cierre definitivo. Hubiera sido una lástima porque figura como una de las asociaciones de pacientes más veteranas de la provincia ya que abrió sus puertas en 1981.Desde Alcer se insiste en que se necesita una asociación que esté detrás de todos esos pacientes para prestarles apoyo.

En la actualidad, el colectivo de pacientes renales en la provincia es de 700 personas, una cifra que se encuentra estabilizada en el tiempo. Esa estabilidad numérica tiene su explicación en el hecho de que algunos de ellos abandonan los procesos de diálisis gracias a los trasplantes de riñón mientras que por otro lado, se van agregando nuevos enfermos.Históricamente es un colectivo que ha padecido unas fuertes carencias que se han ido paliando de manera parcial con el paso del tiempo. Esa quizá sea una de las circunstancias por las que es difícil la involucración de las personas con enfermedad renal crónica. “Se trata –señalan tanto Macías como Prada– de personas que suelen tener una edad ya avanzada. A ello hay que sumar que el 60% de ellas vive fuera de la capital”.La Sociedad Española de Nefrología ha informado que la prevalencia de la enfermedad renal crónica en España ha crecido un 20% en los últimos diez años. En cuanto a Andalucía, mejoran ligeramente las cifras nacionales sobre el impacto de las enfermedades del riñón.

Así, la prevalencia se sitúa por debajo, en 1.212, frente a los 1.284 pacientes por millón de habitantes de la media nacional. Igualmente, la media anual de nuevos casos es inferior a la nacional (131,5 frente a los 141 de la media nacional).Pese a la mejora, en tan sólo un año ha crecido un 10% el número de personas que han pasado a necesitar diálisis o trasplante. El trasplante, que pasa por ser la mejor solución para estos pacientes, no está sin embargo al alcance de todos por los condicionantes físicos y de salud de cada uno.

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