Pasarela

La oposición iraní no se rinde

  • Miles de seguidores de Musavi desafían la prohibición gubernamental y se echan a la calle por octavo día consecutivo para exigir unas nuevas elecciones · Obama insta a Teherán a poner fin a la represión

Un atentado suicida perpetrado ayer en el mausoleo del ayatolá Ruholá Jomeini de Teherán en el que sólo murieron dos personas y otars ocho resultaron heridas se ha convertido en el último elemento de inestabilidad en un país sacudido de nuevo un día más por las protestas de los seguidores del líder reformista Mir Hosein Musavi, y sus enfrentamientos con los partidarios del actual presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.

El atentado es altamente simbólico por el hecho de haber sido perpetrado en el ala norte de este edificio dedicado al líder de la Revolución Islámica de 1979 que llevó a los ayatolás al poder.

Mientras, Musavi reafirmó su pulso a los estamentos más inmovilista del régimen teocrático iraní con la convocatoria de una huelga general que se haría efectiva de inmediato en el caso de que fuera detenido. Durante un acto político celebrado en el sur de Teherán, aseguró estar preparado para el martirio. "En una declaración pública en el suroeste de Teherán, Musavi dijo que estaba preparado para el martirio y que seguiría adelante", declaró a Reuters por teléfono un aliado político del candidato, bajo anonimato, desde la calle Jeyhun.

Un testigo presencial del discurso de Musavi indicó que el dirigente reformista también se refirió al supuesto fraude electoral denunciado. "Estas vergonzosas medidas fueron planificadas meses antes de las elecciones (...)", dijo sobre el supuesto fraude. "Teniendo en cuenta todas las violaciones, (...) las elecciones deberían ser anuladas", insistió.

Musavi lidera así unas protestas que sacaron a la calle un día más a los seguidores de la oposición a pesar del fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad. Los agentes antidisturbios emplearon gas lacrimógeno, porras y cañones de agua para dispersar a los manifestantes concentrados en varios puntos de la capital y, principalmente en la Universidad de Teherán.

Según testigos, entre 2.000 y 3.000 personas salieron ayer a la calle, una cifra menor a la de los cientos de miles que secundaron convocatorias anteriores, pero que aún así suponen un claro reto para el régimen liderado por el ayatolá Alí Jamenei, defensor del actual presidente, Ahmadineyad.

Al menos dos personas habrían muerto en los enfrentamientos con la Policía, según fuentes presenciales que informan por Twitter a toda velocidad, y que no pueden ser confirmadas ni verificadas de manera independiente. También a través de Internet se sabe que hay decenas de heridos, algunos de los cuales estarían siendo atendidos en algunas embajadas europeas que han abierto sus puertas a este efecto.

El grito "Alahu Akbar" ("Dios es el más grande"), utilizado durante la revolución de 1979 que desalojó del poder al último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahlevi, volvió a resonar anoche con fuerza en Teherán en apoyo a la oposición que exige que se repitan las elecciones. Por sexto día consecutivo, miles de personas se asomaron a las ventanas o las puertas de las casas para respaldar, con esta imprecación, las demandas del líder opositor.

Los posteadores de Twitter informan de numerosos disturbios en la capital y de "brutales" enfrentamientos en la plaza Azadi, y en la plaza Tohid, donde los manifestantes habrían hecho estallar un vehículo policial. También se informa de protestas en las localidades de Tabriz, Mashad, Isfahan y Ahwaz.

Mientras tanto, el Consejo de los Guardianes de la Revolución, máximo órgano legislativo de Irán, anunció ayer que está dispuesto a efectuar un recuento aleatorio del 10% de los votos de las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio, según informó la televisión estatal.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó ayer a Irán a poner fin a la represión de las protestas y declaró que Estados Unidos respalda a los manifestantes que intentan ejercer el derecho universal de la libre expresión. "El Gobierno de Irán debe entender que el mundo está mirando", dijo Obama. "Llamamos al Gobierno iraní a detener sus acciones violentas e injustas en contra de su propia gente".

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