Pasarela

La izquierda no levanta cabeza

  • La socialdemocracia es víctima de los problemas internos de los partidos regionales, de su incapacidad para ofrecer una respuesta ante los problemas actuales y sobre todo de su vacío ideológico de fondo

La izquierda europea navega hacia una nueva derrota en las urnas. Pese a que soplan vientos a favor, con una crisis financiera que ha devuelto al Estado el papel fuerte de la economía, la socialdemocracia no logrará imponerse a los conservadores, que cuentan con una clara ventaja en los últimos sondeos de las elecciones europeas del 4 al 7 de junio en los 27 países de la UE.

Las encuestas anticipan una cómoda victoria para la derecha en los comicios, que se presentan como un voto de castigo contra los partidos de izquierda del Viejo Continente. El Partido Popular Europeo (PPE) revalidará su mayoría, incluso si los tories británicos abandonan la formación y crean un grupo propio con otros desencantados del PPE. Los conservadores tendrán una ventaja de al menos 40 diputados por delante del Partido Socialista Europeo (PSE).

¿Por qué están en crisis las izquierdas europeas? Más allá de los problemas particulares de cada partido y de la incapacidad de ofrecer una respuesta ante los problemas actuales, frente a una derecha que se muestra entusiasta en promover políticas que en otros tiempos fueron consideradas de la izquierda, se debe a que la mayoría de las formaciones son víctimas de su vacío ideológico de fondo, no llegando aún a descifrar la manera de adaptar sus viejos idearios del Estado de bienestar social a las realidades económicas modernas.

Una gran parte de los dirigentes socialdemócratas no piensa o no quiere pensar en este mar de fondo y prefiere apuntar a un fenómeno coyuntural. "Creo que se trata de un efecto péndulo; en 2000 la situación era exactamente la inversa y la izquierda dominaba", sostiene Enrique Barón, jefe del Grupo Parlamentario Socialista español en el Parlamento Europeo.

En el lado contrario se encuentra el historiador Josep Fontana, que asegura que no es que la izquierda europea esté en declive sino que directamente se ha extinguido. "Los viejos partidos socialdemócratas se han convertido sólo en demócratas", asegura Fontana.

El Partido Socialista francés es considerado como el termómetro de esta ideología en Europa. Actualmente se encuentra dividido, descabezado y desorientado desde el fracasado congreso de Reims de noviembre y no logra sobrepasar a a la formación de Nicolas Sarkozy a pesar de la crisis económica, del aumento del paro y de las manifestaciones multitudinarias callejeras. El partido busca desesperadamente un líder que les saque del marasmo y la ineficacia actual.

En Italia hace menos de un año que Berlusconi ganó las elecciones reconvirtiendo en líder de un partido de la derecha más regresiva del continente y que se alimenta de la autodestrucción de la izquierda. El viejo Partido Comunista se ha mostrado incapaz de transformarse en una fuerza democrática, progresista y reformista, que hiciera frente a las rancias propuestas de la Liga Norte, la Alianza Nazionale de Fini y el populismo del Il Cavaliere.

En el Reino Unido, el nuevo laborismo de los años de Tony Blair ha caído en la crisis de identidad que Gordon Brown no parece en situación de poder resolver. "La crisis financiera ha hecho mucho más evidente la crisis de identidad", asegura un politólogo británico.

El enfermo no tiene mejor aspecto en Alemania. Para este año de elecciones generales se espera que la derecha gane con mayor margen que en 2005 y puedan formar Gobierno con sus aliados naturales del Partido Liberal y sin el SPD, que tendría el peor resultado desde antes de que Hitler llegase al poder.

Así están las cosas. Es verdad que la izquierda gobierna en España y Portugal, aunque el futuro también resulta incierto. Por lo demás, la situación en Grecia u otros países con tradición progresista tampoco la perspectiva resulta muy alentadora para la izquierda.

Si hace una década los socialdemócratas estaban presentes, como gobernantes en solitario o en coalición, en 13 de los 15 países que integraban la Unión Europea, ahora sólo lo están en 15 de los 27 y la tendencia es a bajar

La debilidad de la izquierda europea culmina con la incapacidad del PSE para consensuar un candidato a suceder a José Manuel Durao Barroso al frente de la Comisión Europea en caso de que se produjera una victoria socialista.

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