Archie Harrison Mountbatten-Windsor, el primogénito de los duques de Sussex, será bautizado el sábado, justo el día en que cumple dos meses de vida. El pequeño recibirá las aguas bautismales en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, el mismo escenario en que se casaron sus padres. Aunque la ceremonia será "privada" y no se distribuirá ninguna foto a la prensa hasta el día siguiente y a través de las redes sociales por deseo expreso de sus padres. La decisión de blindar el acto religioso ha levantado ampollas entre los británicos, quienes critican que se sufrague con dinero público pero lo celebren en familia. Enrique y Meghan sólo han invitado a 25 personas al bautizo, e Isabel II será la gran ausente.
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La reina Isabel II no estará presente debido a problemas de agenda. Sí estará el abuelo paterno, Carlos de Inglaterra, y su esposa, la duquesa de Cornualles, así como su abuela materna, Doria Ragland. Se espera que también vayan sus tíos, los duques de Cambridge. No habrá posado ni fotógrafos a las puertas del castillo de Windsor como en los bautizos de sus primos, Jorge, Carlota y Luis. Éste último era el único que se había perdido la bisabuela, Isabel II, hasta el momento.
Archie Harrison lucirá el día de su bautizo la réplica del vestido de cristianar original que la reina Victoria hizo en 1840 para su hija. La réplica fue un encargo de la reina Isabel a Angela Kelly, su asesora del vestuario, ante el deterioro del original y ya lo han lucido Jorge, Carlota y Luis de Cambridge. Será bautizado con agua del Jordán, como manda la tradición.
Se rumorea que detrás de la privacidad que se impondrá en el bautizo del hijo de los duques de Sussex está la mano de Meghan Markle. El blindaje del bautizo de Archie no es la única polémica que envuelve a Enrique y Meghan, pues los medios británicos han publicado que el pequeño Archie, en sus casi dos meses de vida, ya ha tenido tres niñeras a su cargo.
Los duques de Sussex reaparecieron el último sábado sábado con motivo de un partido amistoso de béisbol que disputaron los New York Yankees contra los Red Sox de Boston en Londres. Esta era la tercera aparición pública, aunque no oficial, tras dar a luz de Meghan Markle a su hijo Archie, demasiado pequeño aún para estar presente en este partido benéfico. No obstante, ambos equipos obsequiaron a los duques con sendas camisetas para el bebé.
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