Pasarela

Uvas con glamour

  • Pocas cosas hay más fascinantes que despedir el año en otro país

A los propósitos de la vida -leer un libro, plantar un árbol y tener un hijo- debería sumarse uno más: saludar a un año nuevo en una ciudad diferente y profundizar en sus costumbres y tradiciones. Ya ni hablar de viajar a otro país y continente. Pocas cosas hay más enriquecedoras y divertidas. Tomarte las uvas tostándote al sol de Río Janeiro o brindar por los nuevos doce meses en Time Square cubierto de confeti. Esta noche arranca el 2015, y así lo celebrará el mundo.

Edimburgo es probablemente uno de los destinos más desconocidos pero al mismo tiempo más espectaculares del planeta para pasar la noche de fin de año. En la fría -eso sí- capital de Escocia tiene lugar la Hogmanay, o lo que es lo mismo la mayor fiesta de Nochevieja del mundo, cuatro días consecutivos de conciertos, bailes, fuegos artificiales y desfiles de vikingos con antorchas que culminan la medianoche del 31 de diciembre con todo el mundo dándose las manos y cantando la conmovedora canción Auld Lang Syne. A Edimburgo se unen otros destinos en los que la música, el baile y la fiesta son los absolutas protagonistas. Nueva York, cómo no, y la caída de la bola de cristal en Times Square; Madrid y su concurrida Puerta del Sol; Londres, merece mucho la pena ver su espectáculo de luces sobre el Támesis y su desfile de Año Nuevo, hoy día 1, en el que participan 10.000 músicos y artistas; y Berlín, donde en lugar de con champán se brinda con cerveza, mucha cerveza alemana. Más de un millón de personas se amontonan a lo largo de dos kilómetros, entre la Puerta de Brandemburgo y la Columna de la Victoria.

Para los más románticos París y Venecia son, sin ninguna duda, sus destinos perfectos. La ciudad de la luz hace honor a su nombre más que nunca en Nochevieja gracias al increíble espectáculo de luces de su emblemática Torre Eiffel. Los enamorados pueden cenar en uno de sus exclusivos restaurantes y brindar con un exquisito champagne francés. Le amour... No se queda atrás Venecia y decir "¡hola!" al 2015 con un beso en la mítica Plaza San Marco. No hay duda de que la ciudad italiana es una de las más bonitas de Europa y en esta noche luce más bella que nunca. Famosos son sus conciertos de fin de año. A París y Venecia se suma timidamente Viena como destino de los enamorados. Es uno de los lugares más bellos que existen y su celebración de Nochevieja cuenta con una enorme tradición. Lo más característico es ir al Gran Baile en el Palacio del Hofburg. Aunque lo que nadie debe perderse es el famoso concierto del día 1 de enero de la Filarmónica que se puede ver en una pantalla gigante frente al Ayuntamiento.

Los más exóticos tienen que hacer parada en Estambul, un escenario culturalmente muy distinto y que a nadie deja indiferente. Los amantes del sol y el mar, además del siempre recurrente Caribe, tienen una excelente opción en Río de Janeiro. La antigua capital de Brasil es el paraíso para aquellos que quieren escuchar las campanadas de una manera completamente distinta. Las playas de Copacabana e Ipanema son las favoritas para comenzar el año bailando samba. La fiesta Lemanjá, en la que se tiran millones de velas flotantes al mar, es una de sus tradiciones más conocidas. Y si no hay ánimos -ni dinero- para cruzar el charco no está nada mal Madeira. Música, fiesta, luces y fuegos artificiales son habituales para despedir el viejo año en esta impresionante isla portuguesa en medio del Atlántico. Su espectáculo de relámpagos y truenos han sido reconocidos en el libro Guinness de los Récords como "los fuegos artificiales más grandes del mundo". O nuestras Islas Canarias. Buen tiempo para afrontar con energía los 364 días que quedan por delante.

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