Pasarela

Mojácar, tesoro del Levante andaluz

  • Almería cuenta con numerosos rincones con buen ambiente y diversión inagotables

Ubicado en el extremo más oriental de Andalucía, Mojácar ha sido siempre un destino turístico veraniego que ha pasado bastante desapercibido por el resto de los andaluces, algo que no ha pasado con los viajeros procedentes de Madrid y del litoral levantino, que desde siempre han tenido a esta pintoresca localidad almeriense como un destino fijo dentro de sus vacaciones estivales.

Divido en dos partes, la del pueblo y la costera, Mojácar se muestra propicio para un excelente desayuno en la plaza del mirador del pueblo, a la vez que se contempla el extenso paisaje que generan las colinas de Sierra Cabrera, tras lo que la curiosa estética de las calles, casas y las propias tiendas de la localidad invitan a una visita obligada, de camino a encontrar una jarapa o multitud de productos artesanales, entro los que la imagen estrella es el conocido símbolo del indalo, que tiene su origen en la localidad.

Tras la visita, y ya cargados de souvenirs, la costa, a pocos minutos en coche, se presenta como el mejor escenario para una jornada de relax, a la par que de diversión sin freno.

Cuando los primeros baños hayan conseguido abrirnos el apetito, los chiringuitos que se distribuyen a lo largo de la Avenida del Mediterráneo son la parada perfecta para una cerveza fría que reponga fuerzas. Maui, Aku-Aku, El Patio, Bahía, Kontiki o Bbeme nos ofrecen una amplia carta gastronómica cargada de pescado, arroces y todo lo que nuestro paladar pueda pedir a las horas del mediodía.

Después del café, que podemos tomar perfectamente en estos locales, se presenta ante nosotros una larga tarde cargada de posibles opciones de diversión en la misma orilla del mar. Mandala Beach, Maui y Bbeme nos ofrecerán la mejor música, al más puro estilo ibicenco, con la que bailar sobre la arena del mar, en el mismo agua del Mediterráneo, y con la compañía de los mejores mojitos, caipirinhas y cócteles de la zona.

Aquí, además de la buena música y la excelente compañía, muchas de las tardes se organizan diferentes fiestas, como las ibicencas, de la espuma o temáticas, que dan a nuestra estancia un cambio de aires, rompiendo la monotonía que raramente encontraremos en Mojácar.

Como los cuerpos tienen en verano más aguante que durante el resto del año, tras una ducha de relajación y ponernos las ropas de noche, Burladero, La Cava o La Ostería nos permitirán disfrutar de una amplia gastronomía, de la tierra y de fuera, como la comida italiana, a la que hay que sumar el importante número de restaurantes chinos y japoneses que hay en la zona y la opción de tener una cena más selecta en el Complejo Puerto Rey, en Vera Playa, a muy pocos kilómetros de lugar.

Una vez recuperadas las fuerzas y con los estómagos bien llenos, Lúa, Maui, Zen o Santo Pecado se convierten en las mejores paradas para tomar la primera copa de manera relajada, entre risas y buena música, pero a un ritmo algo más tranquilo, ya que, bien entrada la madrugada, Mandala Beach o Moma nos ofrecen, hasta llegar al amanecer, la mejor compañía y los mejores ambientes musicales de todo tipo, para irse a dormir con la mejor sonrisa.

Mojácar, tesoro del levante andaluz que guarda secretos y una marcha que todavía tiene mucho que demostrar y dar a conocer a todo el mundo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios