Pasarela

Michael Keaton y el secreto del 'Big-Mac'

  • El actor se mete en la piel de Ray Kroc para contar cómo este vendedor de batidoras arrebató a los hermanos McDonald's su gallina de los huevos de oro

Michael Keaton es Ray Kroc en la película 'El fundador'.

Michael Keaton es Ray Kroc en la película 'El fundador'.

A finales de los años 30, los hermanos Richard y Maurice McDonald's decidieron aplicar a su pequeña hamburguesería de San Bernardino, en plena Ruta 66, la misma técnica que se sigue en la cadena de montaje de una gran industria y aquella fórmula que hacía que el propio cocinero fuera quien entregara la hamburguesa al cliente sin necesidad de intermediarios les permitió vender sus productos a sólo 10 centavos, convirtiéndose pronto en los empresarios más prósperos de California. Lo que nunca imaginaban es que su nombre nunca figuraría en la historia de esta conocida cadena de hamburgueserías a la que dieron su apellido.

Ésta es, a grandes rasgos, la historia que contará desde hoy Michael Keaton en El fundador, una película que cuenta los capítulos de traición que hicieron posible el engrandecimiento de la poderosa 'M' amarilla que hoy recorre el mundo en casi 40.000 restaurantes de comida rápida. Keaton se mete en la piel de Ray Kroc, el vendedor de máquinas de batidos que se ofreció a los hermanos McDonald's a principios de los años 40 para ejercer de comercial e ir ampliando el negocio mediante la venta de licencias. Las ánsias de poder y la necesidad de ampliar fronteras de este nuevo socio le hicieron sentirse el hombre grande con el que siempre soñó aunque provocó también el enfrentamiento con los ingenuos hermanos McDonalds, cuya única ambición era llegar al millón de dólares antes de cumplir los 50. Por eso los fundadores, para poder quitárselo de encima, accedieron a venderle su parte del negocio por 2,5 millones de dólares y un 0,1% de los beneficios obtenidos, aunque esta última parte del trato nunca se llegó a cumplir, ya que el acuerdo se cerró sin ningún tipo de contrato sino sólo con un apretón de manos entre las partes.

Ya en manos de Krocs, las hamburgueserías McDonald's no sólo proliferaron por todo el país sino que comenzaron a abrirse camino fuera de Estados Unidos. Pero aquel ambicioso vendedor de batidoras tenía el capricho de hacerse con el restaurante en el que comenzó todo, aún en propiedad de los hermanos McDonald's, aunque éstos se negaban a venderlo porque querían dejarlo en herencia a los trabajadores que le ayudaron a fundar el negocio a finales de los años 30. No pudo ser, ya que Kroc levantó un McDonald's en la misma calle del Big M (Richard y Maurice se vieron obligados a cambiarle el nombre porque Kroc había registrado la licencia de McDonald's) y terminó hundiendo el negocio original.

Kroc se empeñó también en pasar a la historia como el fundador de McDonald's, una compañía que para todos los efectos fue creada en 1955, obviando los tres lustros anteriores. Y así fue cómo un vendedor de batidoras se apropió de la M más rentable de la historia.

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